Un robot interactivo llamado Pharos quiere ayudar a las personas mayores en sus actividades físicas en el hogar y pretende convertirse en «un compañero más» de este colectivo, un asistente virtual, amigable y de fácil uso que promueva su vida sana y favorezca el envejecimiento activo.Así lo contempla el proyecto hispanoluso que desarrollan conjuntamente investigadores de la Universidad de Alicante, la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universidade do Minho (Portugal).

Además, Pharos pretende recomendar periódicamente actividades físicas personalizadas, destaca Vicente Julián, investigador del Grupo de Tecnología Informática e Inteligencia Artificial de la UPV.

Pharos puede convertirse así en una pieza esencial para el futuro de un sector de la población que no deja de crecer. Según el último informe sobre evolución de la población mundial elaborado por la ONU, el 13 por ciento de la población actual supera los 60 años de edad, y en 2050 este porcentaje prácticamente se duplicará, llegando al 25 %. Así pues la clientela potencial del robot aumentará de forma exponencial en los próximos lustros.

No en balde, y según añaden desde la UPV, las tecnologías deben adaptarse a este cambio demográfico y en este contexto surgió el proyecto Pharos, publicado recientemente en la revista Sensors, un robot interactivo que ayude a las personas mayores en sus actividades físicas diarias en el hogar.

Pharos se basa en el robot comercial Pepper, al que los investigadores han incluido dos módulos: el primero de ellos recomienda un programa de ejercicios adaptado a cada usuario, mientras que el segundo, mediante avanzadas técnicas de Inteligencia Artificial, evalúa la realización del ejercicio y verifica si el usuario los realiza correctamente.

El robot incluye además una interfaz visual y física con la que interactúa con el usuario para su identificación a través de su cámara.

«Una vez que es identificado, Pharos determina los ejercicios más adecuados en función de sus capacidades», explica Ester Martínez, investigadora del Grupo de Robótica y Visión Tridimensional (RoViT) de la Universidad de Alicante.

Problemas físicos o cognitivos

Además, añade Martínez, el programa de ejercicios se va adaptando periódicamente a la evolución y estado de salud del usuario, y para ello incorpora un algoritmo de recomendación, «que ayuda incluso a detectar posibles problemas de salud».

La principal diferencia de Pharos respecto a otros sistemas similares, indican los investigadores, es el «minucioso seguimiento de los usuarios», así como la posibilidad de determinar si estos realizan correctamente o no los ejercicios. Es una herramienta, aseguran, «muy útil para cuidadores y asistentes, ya que permite visualizar de forma muy sencilla si disminuye la capacidad de hacer ciertos ejercicios, lo que puede revelar problemas físicos y/o cognitivos progresivo».

«El bajo rendimiento en la realización de los ejercicios planificados puede estar advirtiendo de alguna anomalía en el usuario y, al registrar el historial de ejercicios». En este sentido, Pharos ayuda a revelar problemas subyacentes que de otro modo podrían ser imposibles de ver», añaden los autores que han diseñado esta investigación en tres universidades diferentes.

El equipo de expertos hispanoluso trabaja actualmente en el perfeccionamiento de la interacción usuario-robot, en optimizar el sistema de reconocimiento de los ejercicios, así como en conseguir que varios usuarios puedan utilizarlo sin interferir con el resto de las personas que se encuentren utilizando esta alternativa tecnológica, recurriendo así a estrategias de planificación.

Pharos es uno de los resultados de Retogar, un proyecto centrado en mejorar la atención de personas con daño cerebral adquirido, liderado por investigadores de tres universidades que constituye por lo tanto un buen ejemplo de coordinación científica entre distintas instituciones.