Los preparativos del Año Jubilar de la Santa Faz seguirán adelante aunque las monjas de clausura no hayan vuelto al monasterio, del que se marcharon el sábado 10 de noviembre quebrándose una tradición de 500 años de custodia de la Reliquia. Según desveló durante una homilía el deán del cabildo, Ramón Egío, el Obispado ya ha firmado la solicitud del Año Santo y está a la espera de que el Papa Francisco lo conceda.
El Año Jubilar de la Santa Faz se solicita al Vaticano al caer en 2019 en domingo el aniversario del Milagro de la Lágrima, que se remonta al 17 de marzo de 1489 en el barranco de Lloixa, donde se asienta el actual caserío. Justo en la madrugada de ese día se iniciaba una peregrinación debido a una sequía que azotaba a la huerta y la ciudad con la Reliquia de la Santa Faz, de cuyo ojo derecho, según cuenta la tradición, brotó una lágrima y más tarde empezó a llover.
El anterior Año Jubilar de la Santa Faz se celebró en 2013, concedido por el Papa Benedicto XVI a petición del obispo emérito, Rafael Palmero, de la comunidad de las Clarisas y del capellán.
Ahora no están las monjas y sin ellas seguirán adelante los preparativos en cuanto el Papa apruebe el Año Santo, lo que se espera para diciembre. El capellán de la Santa Faz, José Luis Casanova, explicó que los actos se celebrarán aunque no haya hermanas. «El monasterio no es lo único, están la Reliquia, y la Peregrina como acontecimiento, que sigue también junto a la atención a los peregrinos. La Reliquia es la que cumple años, no el monasterio», dijo. Según añadió, si la Faz Divina tiene un acontecimiento, como es el Año Jubilar, «todo a va a continuar, no va a parar. Si las hermanas vuelven estupendo, ellas se están reorganizando e intentándolo. El Año Jubilar será un acontecimiento importante para la Santa Faz y para la ciudad. Esto tiene que volver a unirnos en un solo objetivo, que sea cada vez más conocida y amada. Ese es el mensaje». Además, recordó que tras el Milagro de la Lágrima se empezó a construir en 1489 una pequeña iglesia que luego se convirtió en el monasterio, en el que primero estuvieron los Jerónimos, y que en 1518 con el patronazgo de la ciudad pasó a las Clarisas.
