Es una recomendación para los centros educativos, no una obligación, pero por primera vez se regula por ley el tiempo que los alumnos deben dedicar a hacer deberes en casa, porque el derecho al ocio prima sobre el de las actividades educativas fuera del horario lectivo.

La nueva Ley de Derechos y Garantías de la Infancia y la Adolescencia, aprobada por el Consell y que acaba de entrar en vigor tras su publicación en el DOGV esta semana, contempla textualmente en el artículo 69 del capítulo XI que «durante las etapas de educación obligatoria», para los alumnos entre los 6 y los 16 años, «se procurará que la mayor parte de las actividades de aprendizaje programadas puedan realizarse dentro de la jornada lectiva».

Recomienda a los maestros que limiten al máximo las tareas que ponen para casa, para que «las que tengan que realizarse fuera de la jornada lectiva no menoscaben el derecho del alumnado al ocio, al deporte y a la participación en la vida social y familiar». Así se explicita la «contribución de los centros educativos al derecho de los niños al desarrollo, a través del ocio y del deporte».

Valoraciones

Entre los colectivos de padres de alumnos, desde la FAPA Gabriel Miró, de centros públicos, su presidente Ramón López aplaude la ley, porque considera que además de contribuir al ocio y a la convivencia de los niños, «que haya deberes favorece, por contra, la discriminación, en función del entorno donde se haya nacido. Hay familias que pasan las tardes haciendo las tareas escolares y se engañan a ellos mismos y a los hijos», lamenta.

En el sector de la enseñanza concertada, Julia María Llopis, presidenta de la Fapa Escuela y Familia, opina que el rato de ocio de los niños depende de los padres, porque hay quienes multiplican las extraescolares de sus hijos y no les dejan tiempo libre. Defiende que haya deberes dentro de un orden, como el director de Primaria e integrante de la asociación de la Comunidad, Miguel Andreu, que niega que haya demasiados deberes y es partidario de «media hora y no todos los días para crear el hábito de estudio».

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mariola sabuco