María del Carmen Ivorra, una discapacitada alicantina, ultima la documentación para presentar una queja ante Ryanair, e incluso una demanda judicial si no hay respuesta, tras el desagradable suceso que vivió el martes en el aeropuerto de Newcastle, cuando la compañía, en concreto el personal de Swissport, empresa subcontratada que se ocupa de realizar el embarque de los pasajeros, le impidió subir al avión. ¿El motivo? María del Carmen no había avisado con 48 horas de antelación que viajaba con un pequeño "scooter", del tamaño de una sillita de bebé cuando se pliega. La normativa sí establece la obligación de hacer la reserva del artilugio, pero María del Carmen denuncia la falta de humanidad de la aerolínea «que no nos dio ninguna opción pese a que habíamos acudido dos horas antes el aeropuerto y en el avión había espacio de sobra, tanto en la cabina como en la bodega. De hecho, en el vuelo de ida desde Alicante hasta Edimburgo no tuve ningún problema», explicó ayer esta pasajera alicantina.

María del Carmen es viajera habitual y se había desplazado a Inglaterra a ver a unos amigos con su marido y su hija. «Fue tremendo porque no nos dieron ninguna opción. El tiempo pasaba y tras decirnos que el "scooter" no entraba en el avión porque no lo habíamos reservado con antelación no nos dieron ninguna opción y, colmo, no había otro vuelo de Ryanair hasta el jueves. No quisieron facturarlo como una maleta más en la bodega y al final me quedé sola, porque les dije a mi marido y a mi hija que se subieran al avión para no perder más billetes».

María del Carmen se quedó tirada en Newcastle y tuvo que buscar otro vuelo en Easyjet el miércoles a primera hora de mañana. «Ryanair no me dejó volar y no me dio ninguna alternativa, simplemente porque no había avisado que volaría con el «scooter», que, insisto, no ocupa más espacio plegado que el de un carrito de bebé», lamentó María del Carmen Ivorra, quien denuncia la falta de humanidad de Ryanair. María del Carmen tiene una pierna ortopédica tras la amputación que sufrió hace 19 años, cuando en uno de sus viajes dos le comieron todo sistema vascular de la pierna tras arrastrla dentro de la jaula durante una excursión por un valle alavés.