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El mejor profesor de Secundaria de España

El maestro de maestros es de Alicante

Desde pequeño hacía guiños a la docencia. La practicaba con su hermana y amigos, a los que ayudaba con los deberes

La plataforma virtual de profesores Educa Abanca, a propuesta de otros compañeros y de sus propios alumnos por la labor que realiza tanto dentro como fuera del aula, ha coronado al profesor Pedro Martínez (este curso en el IES María Blasco de San Vicente y el pasado en el Instituto Macià Abela de Crevillent, ya con plaza fija), como el mejor profesor de Secundaria de toda España en 2018.

P ¿Qué hay que hacer para ganar el «Goya» de la Educación?

R El premio creo que llega a raíz de sacar la oposición y poder trabajar en un centro de forma estable. Quería generar un cambio en la educación y se me ocurrió crear un proyecto para cambiar la visión de los adolescentes sobre las Matemáticas y la sociedad futura con «Emocionar con las Matemáticas». Cuando estudiaba la carrera, se me ocurrió que quería enseñarlas con cómics y captó muchos alumnos. En clase juego también con las emociones y la sorpresa.

P Significarse con una de las asignaturas más duras debe exigir un plus laboral.

R Siempre imagino formas distintas de dar clase. Estoy cansado de encontrarme en la Universidad a gente que se enorgullece de no saber Matemáticas, que dice que son muy difíciles. Todo el mundo, no solo los más pequeños, necesita tocar las Matemáticas antes de aprenderlas. Hemos cambiado las clases completamente e intento explicarlo todo con actividades manipulativas.

P ¿Y el papel de los vídeos, apps y trabajos online?

R Lo combino todo. Introduzco los temas evitando la clase magistral, que no me gusta. Son clases colaborativas que también emplean las redes sociales y plataformas online. Cada alumno forma parte de un grupo y tiene una responsabilidad.

P ¿Cumple con la nueva recomendación legal de evitar los deberes?

R No me gusta saturarles con deberes por las tardes. Son niños y necesitan su tiempo. Intento hacer todo el trabajo en clase. Subo por ejemplo un vídeo a la plataforma y sus deberes son dedicar cinco minutos a verlo y tomar apuntes para resolver en clase todos los contenidos. Algún día toca acabarlo en casa, pero la dinámica es no tener deberes y debatir los problemas todos juntos.

P ¿Qué papel juega la emoción que preconiza para aprender?

R Es fundamental. Como este año vivo al lado del instituto, donde pienso quedarme definitivo, vamos a trabajar las clases de refuerzo de Matemáticas, que yo considero un refuerzo emocional, yendo un día a la semana a los colegios adscritos al instituto. Allí mis alumnos son los maestros para otros niños de tercero y cuarto de Primaria. Lo hicimos en Crevillent el año pasado y el resultado fue increíble. Además de crear una red natural entre centros, los alumnos a los que se les dan mal las Matemáticas reciben un refuerzo en su autoestima porque ayudan a otros más pequeños, y mejoran sus resultados.

P Hablando de leyes, ya estamos a las puertas de otra.

R Una ley sobre otra solo pone parches. Hay mucho que cambiar y yo haría una nueva con buenos cimientos porque el mundo cambia rápido. Me gustaría que dejaran la política y se centraran en dar una educación digna.

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P Con estos mimbres, ¿se atreve a proponer una fórmula contra el fracaso escolar?

R Es complicado, sería un cúmulo de muchas cosas, pero lo más importante es la motivación, porque si los chicos pasan ocho horas seguidas de clases rutinarias se aburren. También es muy importante, y me gustaría luchar por la ratio y los recursos en el aula. No es lo mismo tener 30 alumnos como ahora, que 20. La ley exige un aprendizaje individualizado y para ser un buen docente se necesita tiempo para atenderles a todos como merecen. La diferencia de reducir 10 por clase sería abismal y clave para los resultados, además de tener varios docentes en el aula porque evita una referencia única para el alumno.

P ¿Cómo se las arregla usted para cumplir el currículo legal e introducir tantos cambios?

R Con estrés y dedicación. Me las veo y me las deseo, es un encaje de bolillos. El primer año cuesta mucho y luego tratas de ir cambiando actividades para mejorar.

P ¿Qué sensación le queda cuando suspende a un alumno?

R Los departamentos estipulan cómo poner nota pero no todos los alumnos aprenden al mismo tiempo. Al que lo necesita le doy tiempo para madurar. Califico con muy pocos exámenes, estoy por abolirlos porque recojo esa misma información del trabajo diario, de su progreso en clase, y sin generarles estrés.

P ¿Descarta el libro por las nuevas tecnologías?

R Hay que educar en las nuevas tecnologías en la escuela, no se puede ignorar, por eso relaciono las Matemáticas con todo, el móvil, los vídeos, pero los libros son también una buena herramienta. Hacemos tertulias dialógicas y mis alumnos leen la Prensa.

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