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«El propio concepto de PGOU está obsoleto, ahora es más interesante hablar de proyectos estratégicos»

Francisco Leiva ha sido elegido por el Ayuntamiento, junto a su socia Marta García Chico (ambos del Grupo Aranea) y Andrés Silanes, Carlos Bañón y Fernando Valderrama (de Subarquitectura) para desarrollar las dos primeras fases del Paseo Litoral

«El propio concepto de PGOU está obsoleto, ahora es más interesante hablar de proyectos estratégicos»

¿Qué supone para un arquitecto alicantino que su proyecto haya sido elegido para desarrollar los dos primeros tramos del futuro Paseo Litoral?

La ambición de nuestro proyecto no son esos dos tramos iniciales del Paseo Litoral, eso es la excusa. Nuestro proyecto es más amplio, es un proyecto de ciudad.

¿Qué buscan con su propuesta para hacer peatonal todo el litoral, un proyecto que en total se extendería durante 21 kilómetros?

Queremos poner en valor la identidad de esos lugares. El concepto «tramo» ya es erróneo, le quita toda la emoción. Queremos transmitir qué significa caminar entre las rocas del Cabo de las Huertas, descalzo o con zapatillas, qué significa ir por la arena de San Juan, qué significa andar por encima de la Serra Grossa y ver el atardecer con la silueta del Castillo de Santa Bárbara o circular hacia el Alicante del sur, el de los humedales. No se trata de tramos, hablamos de ricos ecosistemas, y muchos de ellos están olvidados por conflictos complejos, como los problemas con el ferrocarril y los de un aeropuerto que complica la gestión de unos humedales riquísimos. Hay infraestructuras de ciudad que deben acondicionarse para que Alicante recupere su relación con el mar.

Pese a nacer junto al mar, ¿vive Alicante de espaldas al mar?

No, para nada. Alicante es una ciudad abierta al mar, muy relacionada con el mar, aunque es cierto que la zona sur tiene una relación más complicada. Pero Alicante es una ciudad que, por sus calles orientadas hacia el mar, te permite tener visuales. Sin embargo, podría ser una ciudad que abrazase el mar con mucha más ilusión, con más fuerza. Tenemos un Castillo que va perpendicular al mar, nuestra ilusión es recuperar un paseo que bajase directamente y que conectara los dos hitos de la ciudad: el Postiguet y el Castillo de Santa Bárbara. Ahí tenemos una dotación pública para convertirla en una conexión entre esos dos mundos. Hablamos de proyectos que cambian la forma de ver la ciudad.

¿Considera que los alicantinos valoran su ciudad o cree que la aprecian más los visitantes?

Se puede poner mucho más en valor, es una ciudad con un enorme potencial geográfico. Tenemos que entender los lugares, sus posibilidades; y una vez entendidos, apostar para intensificar su identidad.

¿Hay lugares olvidados?

¿Cuánta gente ha subido a la Serra Grossa? Yo formo parte de una asociación, Alacant AfterSun, que pretende trabajar en cómo es Alicante después del golpe de calor que suponen los cuarenta años de «boom», de la invasión de las playas, de la falta de reconocimiento de los valores topográficos... Antes se era humilde con el medio ambiente, se tenían pocos medios y se era responsable, seguramente porque no se podía no serlo. De repente, todo lo que pasó en los años setenta cambió las reglas del juego. Pero Alicante sigue siendo una ciudad muy rica en cuestión de geografía, con un clima alucinante.

Centra su discurso en la Serra Grossa. ¿Considera que se le puede sacar mucho más partido?

Sí, sí, es una oportunidad brutal. Me alegro que haya sido olvidada, porque al menos no ha sido destrozada. Con las nuevas miradas y sensibilidades y bajo una capacidad más crítica, podríamos empezar a recuperarla, pero con mucho respeto. ¿Por qué no imaginar que el paseo marítimo esté ahí arriba? Entre los espacios olvidados también están los depósitos de La Británica, una de las joyas de la ciudad. Son un conjunto de 24 de cúpulas, de unas dimensiones considerables. Es un lugar que ahora mismo está alejado del uso humano, pero que con una intervención puntual, se podría fabricar un lugar alucinante. Mis alumnos, por ejemplo, van a trabajar en convertir ese lugar en un balneario, recuperando la idea de Alicante como ciudad de salud, recordando los balnearios del Postiguet. La gente venía a curarse, y Alicante pasó de ser una ciudad de cura a ser una ciudad de bronceado. Intervenir sobre los depósitos podría convertirlos en un reclamo único.

¿Llega a tiempo Alicante o su ola de futuro ya pasó, mientras la ciudad miraba hacia otro lado?

Yo soy optimista por naturaleza, aunque he visto cosas que creía no se harían, como desaprovechar el Puerto con ese espacio de ocio. Podría haber sido un proyecto maravilloso y no lo fue. He visto hacer un paseo flotante, que se ha convertido en algo privado. Tampoco podemos llamar a una parte de nuestra ciudad con una marca de coches, es una catetada. Otras de las islas mas olvidadas es Lucentum, que está vinculado absolutamente al mar. Tenemos ahí un recuerdo de por qué estamos aquí, pero está olvidado, en un contexto salvaje y rodeado de urbanizaciones. Este nuevo Paseo Litoral tendría la responsabilidad de conectarse con Lucentum, para así convertirlo en un reclamo. Hay que aprender a recuperar espacios y mostrar también las carencias. Otro lugar a reivindicar en Alicante es la antigua fábrica de tabacos, la ahora Cigarreras. Es un lugar que cambió la ciudad. Fue el primer edificio que salió de la muralla, y se puso en el norte, que era la zona más rica, donde estaba la huerta. Alicante es una ciudad con poca cultura histórica, con poca memoria.

Treinta años lleva Alicante con el mismo Plan General (PGOU

Creo que el propio concepto de PGOU está obsoleto, ahora es mucho más interesante hablar de proyectos estratégicos: en la costa, en infraestructuras, en elementos patrimoniales singulares...

Pues dejando a un lado el PGOU, ¿hacia dónde cree que debe crecer la ciudad?

Yo no entiendo que esta ciudad tenga que crecer. Lo que tiene que hacer es poner en valor los lugares ya creados. Alicante tiene que empezar a hablar de sus barrios, de su identidad. El desapego de la gente con una ciudad es por la falta de memoria y de identidad. Es muy fácil hablar del Castillo, del frente litoral... los problemas surgen cuando nos metemos en barrios con serios problemas sociales, ahí hace falta un trabajo mucho más serio.

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