Estaban dando un tranquilo paseo después de comer cuando se llevaron el susto de su vida. Una profesora de la Universidad Miguel Hernández sufrió el pasado miércoles una brutal agresión mientras paseaba a mediodía por el campus de Sant Joan en compañía de su marido, también docente de la universidad. El agresor es un joven que se había escapado del servicio de Urgencias del Hospital de Sant Joan, donde había sido trasladado esposado por la policía para una valoración psiquiátrica. El matrimonio ya ha puesto una denuncia ante la Guardia Civil para esclarecer lo sucedido y depurar responsabilidades, ya que entienden que se ha producido un fallo en la custodia del agresor. El Hospital de Sant Joan reconoce fallos en el protocolo de actuación y asegura que lo revisará para que no vuelvan a suceder situaciones de este tipo.

Los hechos ocurrieron en torno a las 15 horas en la zona de la Facultad de Farmacia. «Habíamos terminado de comer y estábamos dando un paseo antes de volver al despacho para seguir trabajando cuando vimos que en la zona del aparcamiento había un joven completamente desnudo», señala el profesor, que prefiere mantenerse en el anonimato. El docente afirma que al margen del evidente asombro que les provocó la situación, «no le dijimos nada y continuamos caminando».

Entonces, sin apenas poder reaccionar y sin mediar palabra, el joven se dirigió a la mujer y le propinó un puñetazo en el pómulo, cerca del ojo. El golpe la dejó casi inconsciente y tirada en el suelo, lo que aprovechó el joven para tratar de seguir agrdiéndola. «Me acerqué a él y le pegué un empujón para separarlo», señala el docente. Tras llamar al 112, el matrimonio afirma que se presentó el vigilante del campus y más tarde la policía y la Guardia Civil, quienes se llevaron detenido al hombre, que en ningún momento trató de huir ni opuso resistencia. «Sólo gesticulaba, provocándonos y exhibiéndose y hablaba de manera muy eufórica, como si estuviera bajo los efectos de alguna droga o en pleno brote de una enfermedad psiquiátrica».

La siguiente sorpresa llegó cuando los profesores se dirigieron a Urgencias para que atendieran a la mujer del golpe en la cara. «Nada más contar lo sucedido a la enfermera del triaje, me contestó: "ese debe ser el que se nos ha escapado"», señala la profesora de la UMH, que también prefiere no dar su nombre. Cuando al día siguiente acudieron al cuartel de la Guardia Civil a poner la denuncia les informaron de que el joven había sido llevado al hospital por la Policía Local de Alicante desde los juzgados para una valoración psiquiátrica. «Cuando pedimos explicaciones en Urgencias de por qué esta persona no se encontraba recluida en la planta de Psiquiatría, nos dijeron que como el joven no estaba detenido no se había tomado ninguna medida de este tipo».

La pareja sólo espera que se abra una investigación para esclarecer por qué este joven, con evidentes signos de un trastorno mental, estaba en Urgencias sin la adecuada vigilancia. «Imagínate que voy yo sola, o que a quien coge por medio es a una estudiante de la facultad. Podía haber matado a alguien», señala la profesora. Cuando la Guardia Civil revisó las pertenencias del joven, vio que en su mochila había una citación para un juicio rápido por violencia de género, algo que la pareja vincula con los sucedido en el campus de Sant Joan. «Desde luego tenía una fijación muy clara hacia las mujeres, tenía muy claro su objetivo».

Respuesta del Hospital de Sant Joan

Desde el Hospital de Sant Joan explican que el hombre fue llevado por la Policía Local de Alicante, «ya que estaba alterando el orden», para su valoración por parte de Psiquiatría. El paciente venía esposado y custodiado, «pero no en calidad de detenido, por lo que una vez desplazado al hospital, los agentes abandonaron el centro», añaden desde el centro.

El centro asegura que a los 10 minutos el psiquiatra acudió a Urgencias para la valoración y al constatar que el joven no se encontraba en el box, dio parte de la fuga a los profesionales de Urgencias y Seguridad. Los vigilantes «hicieron una ronda por las inmediaciones con el fin de localizarlo, sin que diera tiempo a avisar a las fuerzas de seguridad, dado que a los pocos minutos regresó al centro acompañado por la Policía Local y la Guardia Civil de Sant Joan» tras la agresión. El paciente quedó en ese momento custodiado por las citadas fuerzas, así como la seguridad del Hospital.

El centro concluye que los profesionales sanitarios actuaron conforme al protocolo establecido, que recoge los diferentes escenarios, a pesar de lo cual el hospital reconoce que «hubo fallos en la comunicación, que pudieron condicionar la fuga de este paciente». Por ello, «se va a revisar el protocolo y a establecer la inclusión de situaciones más específicas, que impidan a las fuerzas de seguridad abandonar el recinto sin avisar al jefe de guardia o supervisor, y que contemplen la actuación de las fuerzas de seguridad y la propia seguridad del centro, garantizando una adecuada coordinación entre todos los agentes implicados».