El mes de febrero resultó muy seco y cálido en la provincia de la Alicante y en el conjunto de la Comunidad Valenciana. La temperatura media fue de 13º, un grado superior que la de la climatología de referencia (12), y la precipitación acumulada fue de un 1,1 l/m2, que es un 94% inferior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (38.2 l/m2). Sólo se superaron los 5 l/m2 en Castalla e Ibi (5.4 l/m2) y en Ademuz (5.3 l/m2), mientras que en dos terceras partas del territorio la precipitación ha sido inferior a 1 l/m2 y en un tercio ha sido nula o inapreciable. Éste ha sido el cuarto mes de febrero más seco desde 1950, por detrás de febrero de 1970, febrero de 1990 y febrero de 2000, pero también en febrero de 1950, 1961, 1997, 2002 y 2012 las precipitaciones fueron muy escasas, según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología.

Casi todo el mes predominó la estabilidad, el viento en calma y los cielos despejados, con la excepción de los primeros días, en los que se produjo un intenso temporal de viento derivado del tránsito de la borrasca Helena desde el Atlántico hasta el Mediterráneo a través del norte de la Península. Las rachas de viento de esos días fueron muy fuertes, sobre todo en la provincia de Castellón, donde se llegaron a registrar 138 km/h en el aeropuerto Costa del Azahar-Castellón, 134 km/h en Fredes y más de 100 km/h en muchos otros observatorios.

Térmicamente, destacó el breve episodio frío de los primeros días del mes derivado del tránsito de la borrasca Helena por el norte de la península. Al final del mes predominaron los días cálidos, con temperaturas máximas que superaron los 25 ºC los días 27 y 28 en muchos observatorios de las tres provincias. La temperatura más alta del mes fue 27.3 ºC, que se registró el día 27 en el aeropuerto de València; es la temperatura más alta en este observatorio en un mes del invierno climático (diciembre, enero y febrero), desde febrero de 1990.

La presencia de altas presiones durante el mes febrero en el entorno de la península ha implicado el predominio de cielos despejados, viento flojo y atmósfera poco removida. Cuando esta situación se produce en invierno suele derivar en que las temperaturas máximas diurnas estén por encima de los valores normales y las noches sean frescas en el litoral y frías en el interior.

Eso es lo que ha ocurrido en febrero de 2019, las máximas han sido dos grados superiores al promedio climático normal y las mínimas han sido prácticamente iguales a las de la media de referencia, aunque en el balance final ha pesado más el anómalo comportamiento de las máximas, de ahí que el mes haya tenido un carácter cálido.

La precipitación acumulada ha sido 1.1 l/m2, que es un 97% inferior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (38.2 l/m2) y, globalmente, califican al mes como muy seco. Todo el territorio presenta un acusado déficit pluviométrico en febrero. Por provincias, la precipitación media en la provincia de Valencia ha sido un 96% inferior al promedio normal, en Castellón ha sido un 99% inferior y en Alicante un 94% inferior a la media del periodo de referencia 1981-2010.

Las situaciones anticiclónicas invernales son persistentes y, cuando en diciembre, enero o febrero se observan altas presiones en el entorno de la Península, predominan los días con ausencia de precipitaciones en la Comunidad Valenciana durante semanas, y eso es lo que está ocurriendo en el invierno 2018-2019, ya que la sequedad de febrero se suma a unos meses de diciembre de 2018 y enero de 2019 también muy secos.

Las escasas precipitaciones se produjeron en la mañana del primer día del mes, y desde entonces la lluvia registrada ha sido nula o inapreciable. En algunos observatorios también se han registrado algunas décimas de precipitación debido a los depósitos que se han producido por rocío o niebla.

El anticiclón sigue deparando tiempo primaveral, pero la borrasca que ha entrado por Galicia puede dejar alguna lluvia débil el jueves. Sin más. El fin de semana, tranquilo.