El colegio Aire Libre se ha unido al reto viral que se ha extendido a nivel mundial y que consiste en limpiar zonas llenas de basura. Se han sumado al denominado «trash challenge» convencidos de que la conciencia medioambiental es más fácil adquirirla con los hechos. Después de varios días debatiendo en el colegio sobre la importancia del reciclaje, el medioambiente y frenar la contaminación, ayer pasaron a la acción. Los 270 escolares del centro, desde primero de primaria a cuarto de secundaria, que tienen de seis a 15 años, y los 20 profesores se enfundaron los guantes y emplearon la mañana en limpiar y quitar todo tipo de residuos en el entorno del colegio, fotografiando el antes y el después de su acción.

Nada más acabar el «trash challenge» debían hacer su propia valoración y puesta en común de cómo los pequeños gestos que acomete cada persona pueden ayudar al planeta. Aunque el examen ya lo habían hecho nada más empezar: «¡No nos da tiempo, necesitamos más porque está muy sucio!», advertían los chavales rodeados de desperdicios.

Basura han encontrado mucha, más de la que imaginaban y esperaban encontrar. Por cada bolsa recogida con materia orgánica han llenado otras dos de papeles y cartones, y cinco de plásticos. Son los residuos que se llevan la palma y con los que han llenado decenas de bolsas.

Su reto medioambiental se ha desarrollado en zonas muy familiares para ellos, los niños de primaria han limpiado la montaña que tienen justo detrás del colegio y los de secundaria en los senderos a espaldas del monte Orgegia, dos puntos que son ademas zonas de paso durante la Peregrina a la Santa Faz.

«Todos estamos muy contentos de poder aportar. Nos hemos dado cuenta de que un poquito de cada uno ayuda al planeta y que juntos podemos», resume Elena Rocamora de cuarto de Secundaria sobre las sensaciones de sus compañeros. También reconoce que han experimentado sensaciones amargas: «Vemos que mucha gente usa el monte como vertedero y eso nos ha dado mucha pena».

El profesor Galo Pombero explica que los alumnos de secundaria además de la basura también han llenado varios contenedores con escombros que se han encontrado en el monte. «Estaban indignados al ver tantos residuos de obra. Me decían que les faltaba tiempo, lo querían recoger todo. Pero ese no es el objetivo, no podemos limpiarlo todo, lo importante es que cale en ellos, y creemos que ha calado». Reconoce que era casi natural llevar a cabo esta acción. Algunas actividades del colegio se realizan en el exterior donde habían advertido toda la basura acumulada.

Poner en situación a los alumnos y usar un reto viral mundial «es un pretexto para concienciarles», cuenta la directora de Aire Libre, María Medina, muy satisfecha del resultado y de la conciencia de reciclaje y de la necesidad de cuidar el planeta con pequeños gestos que han demostrado los escolares.

Ellos reclaman más reciclaje y han aprendido que los pequeños gestos ayudan al planeta.