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El consumo de pescado cae un 20% por los cambios en los hábitos alimenticios

La flota pesquera de la provincia y la patronal mantienen el nivel de capturas pero temen que la tendencia perjudique a medio plazo

Consumidores de pescado comprando ayer en un puesto del Mercado Central de Alicante, uno de los «templos» con mejor producto en la provincia. PILAR CORTÉS

Cambios de hábitos alimenticios, crisis económica, anixakis y demografía -los jóvenes son más reacios a comer pescado que las personas mayores-. El consumo de pescado, tanto fresco como congelado, ha caído un 20% en España en los últimos diez años al pasar de los 29 kilos persona/año en 2007 a los 23 kilos en 2018, según los datos de la Confederación Española de Pesca. Cifras que han disparado la preocupación en un sector que en la provincia mueve 120 millones de euros entre la pesca en el mar y acuicultura, con 231 barcos y cerca de mil tripulantes, según los datos de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores. Según los últimos datos recopilados por la Confederación Española de Pesca (Cepesca), en 2018, hubo un descenso del 2,8% en la demanda de productos de la pesca frente a 2017. Esta caída se produjo tanto en pescados (4,2%) como en mariscos/moluscos y/o crustáceos (3%). Sin embargo, las conservas de pescado/molusco crecieron un 1,9%. Dentro de los pescados, los frescos son los que más notan el descenso (3,9%) frente al 1,4% de los congelados.

Números que, de momento, no son alarmantes pero que han provocado que pescadores y Administración comiencen a planificar un campaña para el otoño dirigida a incentivar el consumo de pescado fresco. José Robles, secretario de la Cofradía de Pescadores de La Vila, subraya que «en la provincia no hemos notado un descenso importante en la demanda de pescado, pero también estamos en una zona donde comer pescado es una tradición. No obstante, siempre atentos porque la tendencia es que la gente joven no sea tan aficionada al pescado como los mayores. De ahí que haya que trabajar con la base, con los chicos en los colegios para inculcarles hábitos saludables en la alimentación y el pescado lo es».

El sector pesquero provincial cerró 2018 con un volumen de capturas de 24.000 toneladas, de las que el 45% llegaron desde la acuicultura, con un total de 10.952 toneladas por las 13.628 toneladas del fresco. La Confederación Española de Pesca, patronal del sector, ha reclamado al Gobierno una rebaja del IVA del 10% actual al 6% para paliar las dificultades del sector.

La actividad de la lonja pesquera de Torrevieja, una de las más importantes de la provincia, es elevada desde el inicio del ejercicio de 2019. Tanto por el volumen de las capturas desembarcadas como por el valor alcanzado en primera venta en la subasta de la Cofradía de Pescadores local. Las aguas de Torrevieja y el litoral de la Vega Baja siguen concentrando la actividad de la flota artesanal de cerco, especializada en la captura de pescado azul. En especial, sardina, boquerón y caballa.

También en túnidos como la bacoreta y la melva. La intensidad en el volumen de capturas no ha decaído. El muelle pesquero de Torrevieja es el puerto base principal de embarcaciones de cerco de la Región de Murcia, Almería, y del norte de la provincia de Málaga. La Cofradía registra un volumen de facturación medio anual que se sitúa entre los cuatro y seis millones de euros en la última década. Unos de los principales compradores de pescado azul es Mercadona, además de otros grandes mayoristas murcianos, según informa David Pamies.

Evaristo López-Polano, presidente de los pescaderos del Mercado Central, subraya que «de momento no hay ningún tipo de alarma y las ventas se mantienen. Sí que hemos notado que cuando se producen noticias como cualquier tipo de fraude en el pescado o problemas con el anisakis sí que se produce una merma en las ventas, pero pasados unos días vuelven a recuperarse».

Claudia Guerrico, nutricionista, certifica que Alicante no escapa a la tendencia general en España, y se observa un descenso en el consumo de pescado. Hablamos de una caída en todas las zonas de la ciudad y estratos sociales. «Sí que se ha notado el descenso y las causas son variadas. Lo que está claro es que en la ingesta de pescado influyen mucho los hábitos, y es una realidad que la gente mayor tiene muy presente la importancia de comer pescado y lo trata de inculcar a sus nietos. Más pescado que carne».

Entre los factores que han contribuido para que descienda el consumo de pescado también influye el anisakis, parásito que se ha detectado en pescados grandes y ha provocado una corriente de rechazo en algunos consumidores y, por otro lado, la alimentación vegana, cuyos seguidores rechazan la ingesta de cualquier tipo de carne. Claudia Guerrico subraya la importancia de comer pescado. «Un carne blanca, rica en proteínas, fósforo, yodo, minerales, de fácil digestión y rica en omega 3, clave para reducir el colesterol».

Por otro lado, un estudio del Instituto de los Recursos Mundiales señala que solo mediante el incremento de la ingesta de proteínas provenientes de los productos pesqueros se podrá mantener el nivel objetivo de calentamiento global del planeta por debajo de los 2°. El estudio, dado a conocer por Cepesca analiza el crecimiento previsto de la población mundial para 2050 (entre 2.500 y 3.000 millones de personas) y qué impacto tendrá en la atmósfera la producción de alimentos requerida, basándose en el análisis de tendencias de las proporciones y tipologías de dietas.

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