La Dirección General de Tráfico (DGT) prevé cerca de tres millones de desplazamientos por carreteras de la Comunidad Valenciana durante el primer fin de semana del mes de julio, coincidiendo con el comienzo del periodo vacacional del verano 2019. En las carreteras de la provincia se esperan 1.070.000 vehículos entre las 15 horas de hoy viernes y las cero hora del lunes, con lo que se supera por primera vez la barrera del millón de vehículos.

Según ha informado la DGT, esta primera operación del verano de desarrollará desde este viernes, a partir de las 12:00 horas a efectos de regulación de tráfico y a las 15:00 horas a efectos de contabilización de accidentes, hasta las 24.00 horas del lunes 1 de julio.

En esta Operación Especial se espera, a nivel nacional, un total de 5.900.000 de desplazamientos de largo recorrido, de los cuales un 20 % corresponden al área de influencia del Centro de Gestión del Tráfico de la Comunidad Valenciana.

En concreto, en las carreteras de la Comunidad se prevé 2.970.000 desplazamientos, de los que corresponden a la provincia de Valencia 1.480.000, a la de Alicante 1.070.000, y a la de Castellón, 420.000.

A estos movimientos de salida, por comienzo de vacaciones, se unirán los habituales de un fin de semana estival, así como se prevé que se produzca una importante afluencia de vehículos en los principales ejes y pasos fronterizos por el desplazamiento de turistas a sus destinos de descanso y ocio.

Conductores que se encuentran con que el precio de la gasolina y del gasóleo ha encadenado su cuarta semana consecutiva de descenso, situándose en sus niveles más bajos desde el pasado mes de abril a las puertas del inicio de la primera fase de la operación salida de verano.

En concreto, el precio medio del litro de gasolina, se ha abaratado hasta los 1,301 euros, tras un descenso del 0,38% respecto a los 1,306 euros de hace una semana, situándose en niveles mínimos desde abril.

En el caso del precio medio del litro de gasóleo ha bajado esta semana un 0,41%, para situarse en los 1,194 euros, un nivel que no se veía desde mediados de febrero y se aleja así de los máximos anuales de finales de mayo.

Esta tendencia a la baja en los precios de los carburantes coincide con el arranque de la operación verano, en la que la Dirección General de Tráfico (DGT) prevé 90 millones de desplazamientos por carretera, 1,5 millones más que los que se produjeron el año pasado.

Para julio se han previsto 43 millones de movimientos, mientras que en agosto se estiman 47 millones. La Operación Salida del verano constará de cuatro fases: la primera, del viernes 28 de junio al lunes 1 de julio; la del 1 de agosto, del miércoles 31 de julio al jueves 1 de agosto; la del 15 de agosto, del miércoles 14 al domingo 18 de agosto; y la Operación Retorno, del viernes 30 de agosto al domingo 1 de septiembre.

Ambos carburantes, que entraron a principios de año en una tendencia alcista tras la espiral a la baja que registraron en la recta final del pasado año, vuelven así a contener sus precios de la mano del descenso en las últimas semanas en el precio del crudo. Con respecto a la misma semana del año pasado, el precio de los carburantes también registra un abaratamiento. Así, en el caso del litro de gasolina es un 1,36% más barato, mientras que el litro de gasóleo es un 2,37% más bajo.

Con este nivel de precios, el llenado de un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta 71,55 euros, casi un euro menos que hace un año, mientras que en el caso del gasóleo asciende a 65,67 euros, un euro y medio menos que a finales de junio de 2018.

La gasolina es más barata en España que en la media de la UE y la zona euro, donde el precio medio de venta al público del litro de combustible Euro-Súper 95 se sitúa en 1,436 euros y 1,483 euros, respectivamente, mientras que el litro de gasóleo cuesta de media 1,323 euros en la UE y 1,318 euros en la eurozona.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.