La manifestación del Orgullo LGTBI de Alicante animó ayer a las personas que componen el colectivo a defender los derechos logrados en las últimas décadas frente a «los fascismos», en alusión al auge de ideologías de extrema derecha, y a que esos derechos «no sean moneda de cambio» a la hora de pactar gobiernos locales o autonómicos. Más de 20.000 personas, según la organización, participaron en una manifestación que siguió el recorrido habitual de otros años, desde la plaza de los Luceros hasta la del Ayuntamiento, y que este año venía crispada por el rechazo de la entidad organizadora, Diversitat, a que asistiera Ciudadanos (Cs), por sus pactos con Vox en diferentes lugares. Y aunque finalmente no hubo incidentes graves, el rechazo de buena parte de los asistentes a la presencia de Cs se hizo notar de manera significativa.

Los aproximadamente 50 representantes de Cs que asistieron a la marcha, entre ellos todos sus concejales en el Ayuntamiento de Alicante, con la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez, a la cabeza, fueron abucheados durante todo el recorrido. «Ahí están los amigos de Abascal», «Fuera fascistas de nuestro Orgullo», «No os camufléis, sois unos fachas» y «Vergüenza» fueron algunos lemas coreados por quienes les precedían y les seguían, junto con carteles de protesta como «Ciudadanox»; también entre el público había quien les silbaba a su paso. La Policía les estuvo custodiando en todo momento. Hubo algún momento de tensión, como en la parte baja de la Rambla, cuando la manifestación se detuvo porque la cabecera empezaba a llegar a la plaza del Ayuntamiento; quienes iban delante de los representantes de Cs se giraron y empezaron a increparles a la cara. También cuando, ya casi al final, la Policía sacó del recorrido a los miembros de la formación naranja por la calle María Josefa Ágreda Muñoz, evitando que entraran en la plaza del Ayuntamiento.

Antes del inicio de la manifestación, Mari Carmen Sánchez conversó durante unos instantes con el presidente de Diversitat, Toño Abad, para apelar a que la cita «fuera pacífica». En los últimos días, Abad había rebajado el tono de sus críticas a Cs y había señalado que no se vetaría su presencia en la marcha pero se haría una sentada de protesta en la Rambla contra los pactos con partidos que, como Vox, pretenden recortar los derechos de las personas LGTBI. Una sentada que, finalmente, se hizo pero apenas duró unos instantes. La vicealcaldesa defendió que «hacer del Orgullo una bandera ideológica es un error» y que «creemos y trabajamos por seguir eliminando barreras» hacia el colectivo «y luchando contra la homofobia».

Abad, por su parte, destacó que la de ayer era «una jornada de reivindicación de derechos» y que la manifestación era «un muro contra la extrema derecha». «No podemos permitir que nuestros derechos estén en cuestión», agregó. Unas palabras en las que también incidió durante la lectura del manifiesto en la plaza del Ayuntamiento, afirmando que «hemos dicho que no a los fascismos que nos quieren en silencio» y «nos quieren devolver al armario, a la clandestinidad». «Orgullo es resistencia contra las negociaciones en las que nuestros derechos son moneda de cambio», insistió.

Los grupos municipales de izquierda en el Ayuntamiento asistieron, entre ellos sus respectivos portavoces Francesc Sanguino, Natxo Bellido y Xavi López. No obstante, la figura institucional más importante fue la de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, ovacionada por gran parte de los asistentes en su intervención al final de la manifestación. «Los gobiernos deben estar aquí», afirmó, para recordar que no hay que dar «nunca ni un paso atrás, y cada día un paso adelante» en la reivindicación de los derechos de las personas LGTBI.

Apeló a «avanzar en una sociedad más justa y más igualitaria» y recordó que por ello el Consell «ha ampliado derechos y ha abierto caminos para la no discriminación del colectivo». Aseguró que la Comunidad «exporta valentía y modelos de igualdad» y que por ello se ha convertido en «un referente para las políticas de defensa de estos derechos y libertades».

Referencias a la despatologización de la transexualidad

Referencias a la despatologización de la transexualidadLa manifestación, con una afluencia visiblemente mayor que las de estos últimos años, contó con la presencia en la cabecera de diferentes personas mayores que simbolizaban la lucha en favor de los derechos LGTBI emprendida hace décadas. Además, en el acto final en la plaza del Ayuntamiento se reivindicó que la transexualidad deje de ser considerada como una patología, puesto que «no es una enfermedad, ni requiere un tratamiento psicológico o psiquiátrico». Por otra parte, en la marcha participaron 42 entidades entre partidos políticos, sindicatos y asociaciones de todo tipo, según la organización. También se dejaron ver, como siempre, carteles con lemas llamativos, algunos alusivos a la polémica de estos días, como «Qué harás cuando Vox te deje sin voz».