Finalmente, no habrá servicios en la playa canina de Aguamarga durante todo este verano. La vicealcaldesa y concejala de Turismo, Mari Carmen Sánchez (Ciudadanos), admitió ayer la incapacidad del Ayuntamiento de sacar adelante un contrato para este verano, después de que los dos intentos previos no prosperaran por diferentes motivos: una empresa renunció en la primera tentativa y en la segunda, no se presentó nadie. «Se barajó la posibilidad de sacar una nueva licitación, pero modificando las condiciones. Le dimos una vuelta, pero ya tenemos el verano encima», reconoció ayer la edil, después de que fuentes de Turismo señalaran a principios de julio que iban a llevar a cabo un nuevo intento para dotar de servicio a una playa canina que se puso en marcha en el verano de 2016, durante la etapa del tripartito.

El último contrato, que finalizó tras el verano de 2018, obligaba a poner en funcionamiento un quiosco (que debía tener, entre su oferta, bebidas, fruta, helados y tapas, además de artículos destinados para perros, como bozales, correas, cuencos para beber y toallitas, entre otros), junto a 15 sombrillas y una treintena de tumbonas.

Este año, por primera vez, el arenal canino próximo a Urbanova no cuenta con el chiringuito que disponía de productos para los animales y también para sus dueños (bebidas y comida), ni tampoco las hamacas y las sombrillas para hacer más llevadera la jornada al sol. Tampoco hay aseos públicos, aunque la concejala de Turismo se comprometió ayer a poner en marcha al menos ese servicio para lo que resta de verano.

En la web municipal de Turismo ya no se anuncian unos servicios que sí estaban entre la oferta pública a principios de julio.