La Conselleria de Agricultura de la Generalitat adjudicó el lunes por la vía de urgencia un contrato para que una empresa especializada comenzara ayer mismo a peinar con drones las zonas anegadas por el agua por la gota fría en el Bajo Segura. El objetivo: realizar desde ya una radiografía lo más precisa posible del comportamiento de los flujos de agua durante las riadas en la comarca con medios nunca utilizados y hacerlo, además, en el momento que es más eficaz, con más de 4.000 hectáreas de tierra todavía sumergidas bajo el agua.

La iniciativa responde del trabajo iniciado hace más de un año por la dirección general del Agua de la Conselleria de Agricultura para desarrollar un plan contra las inundaciones que dé una respuesta específica a las características de la Vega Baja y que son distintas al resto de la cuenca del Segura. Las imágenes obtenidas a través de los drones permiten contar con datos y variables georreferenciadas sobre el comportamiento de los flujos de agua hasta ahora desconocidas.

La Generalitat considera que la Vega requiere una herramienta de prevención mucho más precisa. La Vega Baja tiene su propia cuenca de recepción de agua, al margen del río, y su única salida son las azarbes de drenaje de la agricultura de la margen izquierda. Y los daños que pueden provocar las avenidas de ramblas y torrentes en la margen izquierda, pueden llegar a ser igual o más dañinos que el propio desbordamiento del Segura. Algo que se ha podido comprobar hace unos días con la gran avenida de la rambla de Abanilla -que es la que ha generado enormes daños materiales en Orihuela, Granja de Rocamora y Cox- o los problemas de falta de capacidad de la red de azarbes y acequias en San Fulgencio y Guardamar.

El director general del Agua, Manuel Aldeguer ha mantenido reuniones con los agricultores de los sindicatos de riego y comunidades de regantes de la comarca para aportar ideas con el objetivo de llevar a cabo ese plan específico. La fase final de este proyecto es poder abordar sobre el terreno obras que minimicen el impacto de las inundaciones. En el caso de la margen izquierda con un sistema de bombeos y compuertas similar al utilizado en Holanda para evitar que se aneguen los campos. Un proyecto que requiere una inversión millonaria, pero que paliaría un problema atávico: la inundación durante semanas de grandes extensiones de suelo agrícola, y en ocasiones, municipios: justo lo que ocurre desde hace una semana en la margen izquierda en municipios como San Fulgencio, Rojales o Daya Vieja.

Todas las aguas pluviales procedentes de las ramblas de Abanilla y Albatera y que deberían desembocar directamente en el río Segura lo hacen realmente en ese sistema de riego. El terreno está por debajo de la rasante del propio cauce viejo del río. No hay pendiente que pueda conducirla por gravedad en situaciones de lluvias intensas. El sistema de riego no solo funciona aquí como una forma de conducción, distribución y reaprovechamiento del agua en los bancales, también es una forma de drenaje del nivel freático, que permite que el nivel freático de la tierra «baje» para que puedan ser cultivables. Y también ayudan a desaguar la lluvia, pero quedan totalmente desbordados en caso de gota fría.