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El despegue de las mujeres piloto

El tercer aniversario de la asociación Aviadoras se cierra con un crecimiento del papel de ellas en las compañías del que ha formado parte una piloto alicantina

El despegue de las mujeres piloto

Marina Ivañez tenía muy claro desde pequeña cuál sería su profesión: piloto. Al principio no era más que la ilusión de ser lo que veía en su padre, quien dirigió primero aviones del ejército y luego aeronaves comerciales. La ilusión de esta alicantina pasó a sellarse como algo más serio y acabó cruzando el charco para formarse en una academia de EE UU. Ahora ya trabaja de lo suyo en España, donde forma parte del total del 5% de mujeres que pilotan en el mundo, según la International Society of Women Airline Pilots. Además de manejar aeronaves, Ivañez lucha por aumentar este porcentaje como integrante de Aviadoras, una asociación española que nació para dar visibilidad al papel de la mujer en la aviación y que, en su tercer aniversario, celebra los cambios que se están produciendo en el sector: las compañías utilizan cada vez más las imagenes de ellas en sus promociones y el número de estudiantes en las academias ha crecido notablemente en los últimos años, hasta de un 3 a un 12% en algunos casos.

Esta cifra de crecimiento la ofrece Vanessa de Velasco, piloto y directora del proyecto Aviadoras, iniciativa fraguada como resultado de los datos obtenidos en un trabajo de fin de grado. Justo en ese documento, Velasco cifraba el número de mujeres en las escuelas de piloto entre un 2 y un 3%. «Ahora una de las escuelas tiene un 12% de mujeres estudiando. ¿Qué han hecho? Entre otras cosas, han puesto imágenes de ellas en las promociones», cuenta la directora.

Las grandes compañías también se han implicado. Sus publicaciones comerciales tenían solo a ellos como protagonistas pero ya hace un tiempo que la mujer entra en el encuadre, cuenta Velasco. Aviadoras, además, imparte charlas en distintas escuelas, organiza ponencias y participa en otros eventos para que todo el mundo conozca «referentes femeninos en el mundo de la aeronáutica y para que seamos capaces de reconocer e impulsar las características femeninas y masculinas comunes a todos, que nos hacen ser mejores como personas y profesionales».

Sin embargo, hay un hecho que parece común a todas: no sienten un trato distinto por parte de ninguno de sus compañeros. «No he tenido ninguna situación incómoda por ser mujer. Al principio extraña bastante porque siempre ha sido una profesión más de hombres, y la gente se queda un poco extrañada. Pero al contrario, les sorprende. Y como cada vez somos más chicas, pues cada vez se ve más normal», apunta Ivañez.

En la escuela de EE UU en la que esta piloto estudiaba, ella era la única en clase; durante sus años de estudiante, según cuenta, eran alrededor de 10 mujeres de un total de cerca de 210 alumnos. María Laborda es ahora una de estas aspirantes, quien cuenta que en su aula hay catorce personas, cuatro de ellas mujeres. Laborda, alicantina, compara la situación que vivía la mujer en la aviación con la de los hombres en el puesto de tripulante de cabina: «con el paso de los años todo esto se ha ido normalizando. Yo no estoy notando un trato diferente».

Aviadoras cumple tres años y sigue luchando por hacer «que las futuras generaciones vean con normalidad encontrar fotos de mujeres piloto colgadas por las paredes». Lo hace en España y en el resto del mundo de la mano de agrupaciones internacionales que van detrás del mismo objetivo.

«Se negó a comenzar a cargar combustible y exigió poder hablar con 'el piloto real'»

Maria Fagerström es una piloto sueca con base en el Aeropuerto de El Altet. En sus redes sociales acumula miles y miles de seguidores que siguen sus experiencias en el mundo de la aviación y lo que le rodea. En una publicación del pasado 13 de septiembre, Fagerström explicó que, a pesar de que sus compañeros no le han tratado nunca diferente, de vez en cuando se dan «encuentros raros» con los que tiene que lidiar. Como el que le sucedió hace poco, cuando, según cuenta, un hombre le pidió hablar con «el piloto real».

La aviadora publicó la historia en su cuenta de instagram, donde relató que se encontraba haciendo una inspección a pie alrededor del avión cuando le dijo al trabajador pertinente las toneladas de combustible que el capitán y ella habían decidido poner. «Como había tormentas eléctricas, queríamos dos toneladas más para darnos algo de tiempo extra en caso de que lo necesitáramos», explicó la piloto. Entonces, el trabajador se negó «porque pensaba que estaba pidiendo demasiado» y «exigió hablar con el piloto real». Ella le explicó el porqué de la decisión y le dijo que «también era una piloto real».

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