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Expertos exigen «agilidad» a las administraciones para el desarrollo de «smart cities»

Técnicos y políticos debaten sobre los efectos de las tecnologías en la mejora de la vida de los ciudadanos

Adrián Santos, concejal de Urbanismo en Alicante.

Expertos en «smart cities» coincidieron ayer en que no se puede apostar por intentar poner la tecnología al servicio de las ciudades, con el objetivo de mejorar la vida de los ciudadanos, si las administraciones no colaboran. En concreto, si no agilizan los trámites que se eternizan en los despachos, lastrando proyectos que, además, también se encuentran en ocasiones con los «caprichos políticos», en alusión a los cambios de color en los gobiernos que dejan en cajones iniciativas ya en marcha.

Ésta es una de las conclusiones a las que se llegó en la jornada inicial del foro «Haciendo Futuro», que ayer reunió en el centro de coworking y emprendimiento de Alicante ULab al concejal de Urbanismo en Alicante, el arquitecto Adrián Santos Pérez; al diputado provincial Javier Gutiérrez; al director del Instituto Valenciano del Turismo, Mario Villar; al redactor del Plan Parcial «Ensanche Levante» de Benidorm, el ingeniero José Ramón García; al gerente de proyectos tecnológicos y de innovación de Hidraqua, Antonio Sánchez, junto al gerente de Desarrollo de Negocios, Ciudad Inteligente y Segmento Público en Signify, Santiago Julián.

En la jornada, los expertos alertaron de la importancia de que las administraciones apuesten decididamente por las «smart cities». «Estamos en una fase embrionaria, aún muy inicial. No nos podemos bajar de la ola de la tecnología. O nos subimos o nos atropella», señaló el redactor del Plan Parcial «Ensanche Levante» de Benidorm, el ingeniero José Ramón García, quien admitió que la «implicación» del ejecutivo local de la capital turística es clave para la viabilidad del proyecto. «Benidorm ya está hablando este nuevo idioma. En otros sitios, en cambio, queda mucho por hacer», afirmó.

Por su parte, el gerente de proyectos tecnológicos y de innovación de Hidraqua, Antonio Sánchez, puso el énfasis en la necesidad de tener una planificación, aunque compartió que la colaboración de la administración resulta clave. «La legislación no ayuda, hay que simplificar los procesos administrativos para ser más eficientes», añadió Sánchez, quien se mostró optimista: «Las barreras entre lo público y lo privado están empezando a caerse, aunque hay que ser conscientes de que no se conseguirán todos los objetivos de un día para otro». En esa línea, el gerente de Desarrollo de Negocios, Ciudad Inteligente y Segmento Público en Signify, Santiago Julián, apuntó también el lastre que supone para la implementación de proyectos tecnológicos en las ciudades la nueva ley de contratos, más restrictiva que la existente anteriormente. También puso sobre la mesa del debate los proyectos dirigidos hacia las «smart cities» que no ven la luz al final, una vez iniciados, por los cambios de gobiernos en las administraciones públicas: «Es importante la coordinación política para evitar los bandazos».

Desde la perspectiva más política, el director del Instituto Valenciano del Turismo, Mario Villar, explicó que en la Comunidad Valenciana, los deberes hechos la pasada legislatura, permitirá ver resultados pronto. Eso sí, reconoció que los ciudadanos tardarán «más tiempo» en apreciar las mejoras. El concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Alicante, Adrián Santos (Cs), reconoció la lentitud de la administración en la tramitación de las iniciativas, por ejemplo las enfocadas a poner la tecnología al servicio de los ciudadanos. «Hay que modernizar los mecanismos para que siempre tengamos margen», subrayó. Por último, el diputado provincial Javier Gutiérrez puso en valor la apuesta de la institución provincial por llevar la tecnología a los pequeños municipios y destacó la cada vez mayor «colaboración entre administraciones».

Planes urbanísticos desfasados, lastre para las ciudades inteligentes

El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante, Adrián Santos Pérez (Cs), admitió ayer las dificultades que supone para implementar tecnología en las ciudades, para promover las llamadas «smart cities», los planeamientos urbanísticos que están desfasados, refiriéndose concretamente al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad de Alicante, que data de 1987. «Con un PGOU como el nuestro, que es de hace treinta años, no se puede promover una ciudad moderna. Hay que actualizarlo», señaló ayer Santos, quien insistió en la importancia de implementar mecanismos flexibles para actualizar los proyectos una vez finalicen su tramitación administrativa. «Si todo va lento en los ayuntamientos, tenemos que ser conscientes de la importancia de que podamos adaptar los proyectos a la realidad del hoy cuando lleguen a su final», señaló en alusión a las nuevas zonas de expansión urbanística de la ciudad, como el PAU 3, que se desarrollará en base a un planeamiento de hace tres décadas. «Entonces, no se tenía la mirada sostenible que tenemos ahora», apuntó el concejal de Urbanismo, quien apuesta por la puesta en marcha de más carriles bici en Alicante, y más ahora con el auge de los vehículos de movilidad personal, como los patinetes eléctricos.

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