P ¿Cómo están las relaciones con la Conselleria de Educación?

R Tienen una hoja de ruta establecida, trabajan por sus principios, aunque no sea mi forma de trabajar. Hay diálogo pero tienen clara una escuela determinada.

P ¿Se sienten en peligro?

R Hay centros en peligro sí, sobre todo los pequeñitos a los que se ha quitado una unidad y necesitan la financiación para subsistir. Suelen atender a población desfavorecida como el San Juan de La Cruz en Alicante. ¿Dónde está la igualdad si ya hay espacios construidos y bachilleratos públicos que están llenos y usan bibliotecas como aulas? Soy privada, pero creo que debemos defender también una enseñanza pública de calidad y que no haya barracones. No se deberían permitir, como pasa en los centros de la playa de San Juan por la masificación. ¿No sería más lógico contar con los centros concertados y derivar a esos alumnos, ahora masificados, acompañados de ayudas económicas? Lo importante es que haya una red común de centros y un pacto real por la educación.

P ¿Molesta oír que la concertada pone el negocio por delante de la enseñanza?

R Sí. Es verdad que todo es empresa, pero cuando nos dedicamos vocacionalmente a la educación, molesta. Los alumnos no son clientes como se llega a decir, son personas en formación y parece que digan que se hace caja con la educación de las personas cuando es algo tan importante, porque es el futuro de un país. A veces resulta complicado porque hay que decir a las familias que hay que cubrir unos gastos de servicios extra para instalaciones y profesorado, pero no es justo que se vea como un negocio porque estamos formando.