n P ¿Cuántos años lleva trabajando como médico de Urgencias?

R Desde que terminé la residencia en el año 2007. Hice guardias en Urgencias durante la residencia y me gustó mucho, por lo que supe que mi camino era ese.

P ¿Cómo ha cambiado su forma de trabajar en estos doce años?

R Al poco tiempo de comenzar a trabajar ya de manera estable comenzó el cambio. Al principio recuerdo que había guardias buenas, días tranquilos y épocas, sobre todo en verano, que eran un infierno. Eso se transformó completamente y la presión asistencial es ya continua y dentro de esa presión hay repuntes bestiales, como la época de gripe.

P ¿A qué achaca este aumento de la presión asistencial?

R Por un lado a que los pacientes viven más años pero con un poco de peor calidad de vida. Pero por otro lado no ha habido un amoldamiento de las plantillas, que en muchos casos siguen siendo las mismas desde hace años. No hay una previsión eficaz, sobre todo en épocas que son horribles, como el verano, cuando una parte de la plantilla nos vamos de vacaciones y la población aumenta de manera significativa sin que en cambio haya un aumento significativo de las plantillas.

P En Urgencias también se atienden muchos casos leves que deberían ser vistos en los centros de salud. ¿Qué parte de culpa tenemos los pacientes en esta saturación?

R A los pacientes no se les puede achacar la culpa, porque a veces por ignorancia acaban en los servicios de Urgencias. Hay que tener en cuenta que estamos siete días a la semana, 24 horas todo el año. El ciudadano sabe que tiene un médico de manera continua en Urgencias y que lo va a atender. Hay patologías que se podrían tratar en Primaria, pero no es problema del paciente, sino de educación. No se le dan las instrucciones necesarias.

P ¿Cómo es trabajar un día en un servicio de Urgencias?

R Vas mentalizado a que no vas a parar en todo el día. Vas con la inquietud de no equivocarte. En tres horas estás fresco y lúcido, pero conforme pasan las horas temes porque no se te escape nada. Siempre hay un paciente que tiene algo que no se te puede escapar y vas con esa inquietud. Conforme pasa el turno estás más cansado, tienes tus problemas familiares que te influyen y la guardia no termina cuando acaba el turno. Te vas a casa y sigues pensando en los pacientes, en si se te habrá escapado algo. Da un poco de vértigo. Si no fuera porque nos gusta sería muy difícil de llevar.

P ¿Cuántos pacientes puede llegar a ver en un día?

R Yo actualmente trabajo en el Hospital del Vinalopó y allí los turnos son de 12 horas y no de 24 como en los hospitales públicos. Depende de la zona de Urgencias en la que estés ves a más o menos. Si atiendes a pacientes leves puedes llegar a ver 35 o 40 y si son graves, a 20 o 25 . No son guardias de atención primaria, sino de especializada. Hay que hacer una exploración íntegra y muy específica. Tienes que pedir pruebas complementarias, interpretarlas, hacer una exploración completa, saber a qué especialista consultar, saber elaborar un diagnóstico y dar una solución a la situación del paciente. Trabajar 12 horas está mejor, pero la intensidad es enorme porque las plantillas son mas justas. Sería imposible hacer guardias de 24 horas en estas condiciones.

PAl margen de la falta de personal y de los contratos precarios, ¿la falta de sustituciones en los servicios de Urgencias es otro problema?

R Claro, en verano es el cóctel «molotov». Cierran centros de salud y la gente viene a Urgencias. Hay muchos veraneantes y viene una remesa nueva de residentes de primer año, que llegan en verano y no tienen experiencia. Te quedas trabajando con menos gente y tienes que tutorizarles, lo que se suma a una contratación precaria. Estamos tentando a la suerte porque son pacientes críticos.