Apenas dos días después de que Sanidad haya comenzado a financiar dos medicamentos para dejar de fumar, médicos de familia y expertos en adicciones han puesto el grito en el cielo sobre la manera en la que se está aplicando esta medida, sobre todo por las limitaciones con las que nace y por la falta de tiempo para hacer una correcta terapia, algo que consideran indispensable en el tratamiento de cualquier adicción.

Estas intervenciones requieren de un tiempo mínimo de media hora y por lo menos deben realizarse cada quince días con el objetivo de asegurar la adherencia del tratamiento, según explica Bartolomé Pérez Gálvez, psiquiatra experto en adicciones. El problema es que, además de los neumólogos, la Conselleria de Sanidad ha designado a los médicos de familia como responsables de administrar estos tratamientos, cuando las agendas de estos profesionales están saturadas y apenas dedican 5 minutos a ver a sus pacientes.

Víctor Pedrera, médico de familia y responsable en la provincia del Sindicato Médico, explica que con los propósitos del año nuevo y la enorme difusión que ha tenido la nueva medida de Sanidad, ya están empezando a recibir un goteo de pacientes para que les receten estos medicamentos. «Sanidad no ha previsto una agenda específica para estas intervenciones, por lo que tenemos que atenderles en nuestro horario habitual, sin tiempo para una correcta entrevista». El consumo de este tipo de medicamentos, a juicio del representante de los médicos de familia, debe ir integrado dentro de un programa de intervención que incluya una entrevista inicial y visitas sucesivas con tiempo suficiente para poder hacer un seguimiento del tratamiento, de su efectividad y de los efectos secundarios. Al problema de la falta de tiempo para estas entrevistas Pedrera suma las dificultades informáticas, «que hacen que los médicos estén perdiendo entre tres y cuatro minutos sólo en recetar los nuevos medicamentos».

La limitación impuesta por el ministerio para que estos tratamientos se receten sólo una vez al año también ha levantado ampollas entre los profesionales que tratan a personas con adicciones. Pérez Gálvez lo compara con un enfermo de diabetes, que ha cometido un exceso con la comida, y al que no se le financia de nuevo la medicación hasta el año siguiente. «De nuevo volvemos a caer en la estigmatización del fumador, en la idea de que con estos tratamientos se está malgastando el dinero porque se trata el tabaco como un vicio». A olvidar «que el fumador es ante todo una persona enferma, que sufre una adicción», lamenta el también responsable de la Unidad de Alcohología del Hospital de Sant Joan.

Los datos aportados por el Ministerio de Sanidad sobre el número de pacientes que van a recibir estos tratamientos tampoco les cuadran a los especialistas. La ministra de Sanidad hablaba de unos 80.000 beneficiarios. «Esto supondría que sólo van a ser tratados el 10% de los fumadores», una cifra muy baja para cualquier tipo de intervención sanitaria, critica Bartolomé Pérez Gálvez. El psiquiatra del Hospital de Sant Joan cree que detrás de estas cifras hay un criterio economicista.

Los medicamentos financiados por el Ministerio de Sanidad son la vareniclina, un principio activo conocido popularmente con su nombre comercial, «Champix» y el bupropion, un antidepresivo que ha demostrado sus beneficios para ayudar a dejar de fumar. Se prevé que el primero de estos tratamientos acapare el mayor número de recetas, ya que el segundo tiene numerosos efectos secundarios y no se puede consumir si se toman determinados medicamentos. El coste del tratamiento día, precio con IVA incluido, será de aproximadamente 3,55 euros por persona en el caso de la vareniclina y de 1,03 euros/día en el caso de bupropion. Considerando a una persona con una aportación farmacéutica del 40%, su aportación sería de 1,42 euros/día en el caso de la vareniclina y 0,41 euros en el caso del bupropión, calculan desde el Ministerio de Sanidad

El tabaquismo constituye el principal problema de salud pública prevenible en los países desarrollados, siendo un factor determinante de numerosas patologías y la primera causa de morbimortalidad evitable. En España se registran 58.000 muertes anuales asociadas al tabaco.