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De Robótica se sale con trabajo seguro

De los 60 que comenzaron la titulación, un total de 27 se han graduado, los últimos en diciembre, y todos están trabajando salvo alguno que ha rechazado ofertas para continuar con su formación. La Universidad de Alicante fue la primera en implantar la carrera

De Robótica se sale con trabajo seguro

«Nada más acabar el grado me llamaron de empresas en Reino Unido, Madrid y Barcelona, pero preferí irme a Zurich (Suiza) a hacer un máster. Tuve un problema de salud y a mitad me tuve que volver a Alicante. Como ya me encontraba bien pero hasta septiembre no puedo retomar el máster miré por aquí para ver qué podía hacer y enseguida entré en la planta de Procter and Gamble en Xixona, donde trabajo como ingeniero de fin de línea para optimizar los robots». Y se decantó por esta multinacional tras valorar cinco ofertas de empleo. Álvaro Belmonte puede presumir de ser el primer Premio Extraordinario del Grado de Ingeniería Robótica en España por lo que es normal que las empresas se lo rifen, pero es que todos sus compañeros están en una situación parecida.

La primera promoción de Ingeniería Robótica de España, que ha salido de la Universidad de Alicante (UA), ha logrado el pleno empleo. De los 60 que empezaron hace cuatro años se han licenciado 27, los últimos en diciembre, y a todos les han llovido las ofertas. Los pocos que no están ya inmersos en el mercado laboral es porque han dicho que no a las empresas que les han llamado porque han preferido seguir con su formación y realizar un máster. Aunque también los hay que compaginan máster y trabajo. Gran parte de ellos han optado por quedarse de momento en España y trabajan en la provincia, Valencia, Madrid, País Vasco y Cataluña, y otros han dado el salto a países europeos y a Estados Unidos.

Jordi Termes explica muy bien los motivos. «Robótica engloba ingeniería mecánica, electrónica e informática. No sabemos tanto como un ingeniero de cada una de estas especialidades pero entendemos los procesos en su conjunto para poder gestionarlos y por eso se nos abre más campo». En su caso, rechazó una oferta laboral en Valencia para quedarse en la empresa del Parque Empresarial de Elche donde había realizado las prácticas y que se dedica a diseñar aplicaciones industriales «llave en mano» de robótica para otras empresas. «Aquí hay pocas empresas de robótica general, que es lo que más me gusta, así que estoy encantado», afirma.

Que la Robótica es el futuro ya nadie lo duda y lo que falta son profesionales formados para poder integrarse en los distintos sectores donde ya es una realidad. La industria, y en concreto la automoción, es la que va más avanzada, pero en campos como la Medicina, la agricultura y los servicios sociales los robots van ganando terreno.

Como señala otro recién graduado, Alejandro Delgado, «no hay que tenerle miedo al avance de la robótica por mucho que digan que va a destruir empleo. Alguien tendrá que diseñar los robots, fabricarlos y mantenerlos y lo más importante es que ese alguien esté formado». Delgado se ha incorporado, también tras realizar las prácticas, en una empresa de drones ubicada en el polígono de las Atalayas, en Alicante. «Yo me dedico sobre todo a la visión artificial para las cámaras de los drones, que es lo que más tiene que ver con Robótica dentro del proceso, pero estoy aprendiendo muchas cosas», indica.

Tanto a Termes como a él y a su compañero Yoinel Novelo fueron las propias empresas las que les apremiaron a presentar el Trabajo Fin de Grado (TFG) para poder incorporarlos a la plantilla tras su paso en prácticas y los tres lo aprobaron en diciembre. Una situación que, según asegura el coordinador del grado, Santiago Puente, se ha repetido con bastantes alumnos.

«Hemos potenciado las prácticas y las empresas mostraron mucho interés, de hecho más de una quiso incorporar a dos o tres alumnos y la demanda para contratar una vez graduados es altísima», señala. Puente, que ha cogido el relevo de Fernando Torres y ya trabajó con él desde la puesta en marcha del grado, dice que los profesores están «muy contentos con los resultados. De cara a la segunda y tercera promoción vemos que llegan con un buen nivel». «Lo que ofrecemos en el grado es la cualificación transversal del conjunto de conocimientos, por lo que muchas veces lo que les cuesta a los alumnos es decidir hacia dónde encaminar sus pasos», apunta el coordinador.

De forma resumida, Puente destaca entre las salidas para un ingeniero robótico la industria tradicional, la robótica de servicios, en pleno auge y que va desde los submarinos al entretenimiento pasando por la agricultura, la robótica móvil, el sector energético, la consultoría y la investigación.

El ya ex alumno Jordi Termes confía en que «España mejore en robótica y automatización porque la mayoría de empresas aún no están en la denominada industria 4.0 y la innovación es muy importante para la economía».

Campo no les falta. Por eso hay variedad de opciones entre los primeros graduados. De hecho, la mayoría de ellos dicen «estar probando cosas para seguir aprendiendo antes de decidir a qué dedicarse en el futuro». Es el caso de una de las dos únicas mujeres que han finalizado los estudios de Ingeniería Robótica esta promoción, Irene Llopis. Su Trabajo Fin de Grado sobre la clasificación de imágenes para detectar tuberculosis usando redes neuronales le ha valido el premio del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Alicante y aunque piensa que la robótica va a revolucionar la detección y curación de enfermedades, así como la gestión hospitalaria y le ha encantado esta área, ahora mismo está trabajando en una consultoría en Valencia y cursando un máster de Big Data. «Mi problema es que me gusta todo, así que no sé a qué me terminaré dedicando. De momento tengo un año por delante de contrato y quiero acabar el máster pero no descarto irme fuera una temporada para aprender nuevas formas de trabajar». De hecho, le gustaría «poder estar un año en una de las grandes, tipo Google o Microsoft, en Estados Unidos por la experiencia que supone». Irene nunca se planteó si Robótica era una titulación predominantemente masculina. «Siempre me ha llamado la atención la ingeniería porque te hace pensar, desarrollar proyectos y crear cosas de la nada. Cuando estaba en plena Selectividad ayudé a mi hermano en el desarrollo de un brazo robótico y supe que era lo que quería hacer», cuenta.

Algo similar le ocurre a Álvaro Belmonte. «Me gusta mucho la investigación, la frontera del conocimiento, pero también la empresa privada», indica. «La Inteligencia Artificial lo va a revolucionar todo. Hay muchos retos y complicaciones que superar. No va a ser como en las películas ni nos van a dominar los robots, yo soy optimista en cuanto al avance, pero sin caer en la utopía», reflexiona.

Quien sí tuvo claro que lo suyo era la investigación en la rama académica es Víctor de Gea. Y ya se ha incorporado al grupo de Automática, Robótica y Visión Artificial de la UA donde trabaja en un proyecto nacional para la recogida de residuos aplicada al campus.

«Tenemos la ventaja de ser un grado nuevo que está muy demandado», argumenta cuando se le pregunta por si el resto de sus amigos ha encontrado trabajo. Además, en el caso de la Robótica los sueldos son bastante más elevados que en otras disciplinas.

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