El Ayuntamiento de Alicante investiga la aparición de restos de lápidas junto al Cementerio Municipal Virgen del Remedio, concretamente en un descampado colindante a la tapia exterior entre la zona antigua y la nueva, próximo a las vías del AVE. Junto a los fragmentos de mármoles, en los que se pueden leer algunas letras y fechas de los enterramientos, aunque solo parcialmente, hay jardineras, coronas, flores de plástico y mosaicos del suelo que se arrancan con la tumba cuando se sustituye por una nueva.

Vecinos de Ciudad de Asís que suelen acudir con asiduidad al camposanto a visitar a sus familiares fallecidos han mostrado su malestar porque estos materiales relacionados con exhumaciones hayan acabado en un solar. También han hallado, a unos 200 metros de las lápidas, varios huesos que estaban semienterrados en una zona de montones de arena.

Las personas que han encontrado estos restos, Paqui Moya y Vicente Gosálbez, creen que son humanos, algo que un forense consultado por este diario considera posible a tenor de las fotografías. Sin embargo, técnicos municipales aseguran que son de animales porque están completamente blancos. Argumentan que si fueran restos humanos procedentes de enterramientos estarían ennegrecidos por el paso del tiempo.

Moya y Gosálbez tienen en su poder una fotografía tomada por una tercera persona el miércoles de la pasada semana de un ataúd viejo abandonado junto a un contenedor de obra que estaba situado en el interior del cementerio nuevo. «Vienes a ver a un familiar y te encuentras cojines de los ataúdes y ropas tiradas en los contenedores, a la vista. Lo normal es que tapen todo ese material», denunciaron ayer. Tras alertar del ataúd en un lugar tan visible para quienes acuden al camposanto, fue retirado dos días después. Sin embargo, los trabajadores del recinto cuestionaron que fuera un ataúd viejo, fruto de una reducción de cuerpo, que se pueden realizar a partir de los cinco años del entierro. «Salen con la tela rota y ese parecía nuevo», dijeron. Ayer el Ayuntamiento instaló un contenedor grande cerrado a las miradas que los vecinos aseguran que hace dos días no estaba. En cambio, han desaparecido dos contenedores de obra donde en más de una ocasión dicen haber visto materiales procedentes de exhumaciones.

El equipo de gobierno envió ayer a una brigada a la zona colindante a la tapia del camposanto donde han aparecido los montones con restos de lápidas a tomar muestras «para hacer averiguaciones de las tumbas de las que proceden, para saber qué marmolista cambió las lápidas». Así lo explicó el capataz del camposanto, que precisó que, por las fechas, no eran recientes. «Cuando son tumbas viejas, se hunden y algunas familias contratan a empresas para que las reparen o las cambien. Algún marmolista o particular decidió tirarlas aquí», apuntó.

Una vez que se aclare el origen de los vertidos de enterramientos, el Ayuntamiento anunció que impondrá sanciones al tratarse de otra escombrera ilegal como las numerosas que hay en la ciudad. Arrojar vertidos a lugares no autorizados está castigado con multas de hasta 3.000 euros por la ordenanza municipal. «Aunque resulta de mal gusto, no contagia nada porque es mármol. Aún así, no se puede tirar ahí. El Ayuntamiento averiguará de dónde han salido los trozos para sancionar», explicaron desde el equipo de gobierno. El capataz indicó que la Concejalía de Limpieza enviará brigadas a sanear todo el entorno.

Otra queja de quienes acuden asiduamente al camposanto es la falta de aseos en la zona de ampliación, dándose casos de personas mayores que no han podido aguantar sus necesidades o han tenido que hacerlas en cualquier rincón, según admitieron los propios trabajadores. El Ayuntamiento quiere urbanizar el solar que hay entre el cementerio antiguo y el nuevo, actualmente incomunicados, y hacer más aseos.

En el descampado donde han aparecido los restos de lápidas hay también colchones, sofás y otros objetos abandonados «desde hace un año y medio», señalaron Moya y Gosálbez. Estos vecinos explican que es una zona de pinos centenarios que «se están dejando morir».

Otra reclamación tiene que ver con el horario de cierre de la zona de ampliación. El cartel situado en la puerta exterior indica las 17.45 horas pero por megafonía se avisa del cierre de puertas un cuarto de hora antes para sorpresa de las familias que visitan nichos y tumbas. En cuanto al cementerio viejo, afirman que hay gran cantidad de tumbas antiguas hundidas, convertidas en escombros, que «dañan la imagen» de este espacio.