El número de salones de juegos y locales de apuestas no ha hecho más que aumentar en los últimos años. Según cifras proporcionadas por la Conselleria de Hacienda en estos momentos septiembre había en funcionamiento 250 salones de juego en la provincia de Alicante, además de 33 licencias en tramitación. Apenas seis años antes, en 2013, eran 139 los locales dedicados a esta actividad.

Los expertos lanzan la voz de alarma no sólo porque estos locales se están multiplicando como setas en las grandes ciudades, sino porque muchos de ellos lo hacen junto a colegios e instituto con la clara intención, advierten, de captar a los jóvenes. Un ejemplo es la ciudad de Alicante, donde al menos una quincena de colegios e institutos tienen una casa de apuestas en un radio de 500 metros

Algunos de estos colegios tienen un local casi a la vuelta de la esquina, como es el caso del colegio 9 d´Octubre, a 60 metros de distancia en la calle Pinoso. El hecho de que una casa de apuestas abra tan próxima a un centro escolar no es algo inocente en opinión del presidente en Alicante de Vida Libre, el psicólogo Antonio Castaños. «Tal cercanía supone un atentado contra la salud y futuro de nuestros menores, bombardeados por la publicidad engañosa que les lleva a creer que se trata de una actividad inocua y divertida con la que ganar dinero fácil». Un estudio de la Universidad Miguel Hernández y la Diputación puso de manifiesto que un millar de adolescentes en la provincia, con edades comprendidas entre los 13 y los 17 años, sufre problemas de abuso con los juegos de apuestas. Casi un tercio de los jóvenes de esas edades han apostado alguna vez. Internet y los denominados teléfonos inteligentes han hecho que apostar sea más sencillo que nunca, lo que ha desplomado la edad de inicio a una práctica que tiene tanto poder de adicción como cualquier droga. Las apuestas deportivas y la ruleta electrónica se igualan a las máquinas tragaperras en ese ranking.