La situación se ha debido a una gota fría instalada sobre el Mediterráneo Occidental que ha dado lugar a una borrasca propia en el litoral mediterráneo. Es decir, no es una borrasca que haya venido formada desde el Atlántico. Es una borrasca autónoma del Mediterráneo.

Esto está ocurriendo cada vez con más frecuencia en los últimos años. "Y se debe al cambio que está experimentando la circulación atmosférica en nuestras latitudes debido al calentamiento del Ártico. Este calentamiento está provocando que la corriente en chorro de la que depende el tiempo en nuestras latitudes circule cada vez más generando ondulaciones en el aire y eso da lugar a la formación de gotas frías y éstas tienen efectos cada vez más intensos en el tiempo atmosférico", subraya Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

En el último año, en el litoral mediterráneo hemos tenido al menos cuatro gotas frías intensas: en abril en la Marina Alta; en septiembre, en la Vega Baja y litoral de Murcia; en octubre en Cataluña y ahora de nuevo en la Comunidad Valenciana. De manera, que el clima en nuestro territorio se está volviendo progresivamente menos confortable y más extremo.

Una fase de calentamiento climático pueden darse fenómenos de nevadas, incluso de nevadas intensas como las que ocurrieron en 2017 y ahora en 2020. Está en relación, precisamente, con la mayor frecuencia de desarrollo de gotas frías en cualquier época del año, ya no solo en otoño.