«Llevamos 70 años juntos, y eso ahora no se ve. Antes nos criábamos de otra manera, ahora hay más libertad, lo veo en mis nietos. Se vive de otra manera pero mientras sean buenas personas lo veo bien». Pilar Baeza tenía 18 años cuando conoció a su marido, Martín Alcaraz, por entonces 21, en la antigua feria de caballitos de Campoamor un día de Navidad. Ella iba con una amiga. «Nos salieron dos pesados -bromea- y nos fuimos al Mercado para coger el autobús a la Florida». Esos chicos las siguieron. A los 15 días uno de ellos empezó a esperarla, «y decidimos probar. Estuvimos festeando ocho años». Se casó con Martín en la iglesia de Benalúa «y hasta que la muerte nos separe».

La pareja, que ahora tienen 87 y 91 años, crió a cinco hijos nacidos en sus primeros ocho años de matrimonio. Tres se han casado, uno está soltero «porque no quiere compromiso» y el quinto falleció hace unos años. Tienen además 5 nietos, un bisnieto y otro a punto de nacer. «Siempre nos hemos llevado muy bien, viviendo por nuestros hijos y seguimos enamorados. Nos queremos mucho, si no, no estaríamos juntos», afirma la pareja, que cree que la clave de su amor duradero está en «respetarse el uno al otro y ser comprensivos». Ella alaba de él que era muy trabajador, fue ferroviario y estuvo en la forja, mientras Martín, que destaca de su esposa su buena presencia, explica que «no era bebedor, ni de salir».

«¿Qué matrimonio no tiene crisis? Teníamos alguna rencilla, como es normal, porque él era un poco celoso. Pero nuestro destino era criar a nuestros hijos y hemos sido fieles y felices», asegura Pilar

Apenas tenían 14 años cuando se conocieron en Almoradí Isidro Cases, que en marzo cumple 90 años, y Dolores Ribera, de 87 años. Se casaron en 1956 pero llevan más de 70 años juntos y fruto de su unión nacieron tres hijos, creciendo la familia más tarde con 8 nietos y 4 bisnietos. La primogénita vino al mundo en 1960 en Madrid, donde se trasladó la familia por el trabajo del padre, albañil. En 1963 volvieron a Alicante, donde nacieron sus otros dos hijos. El pequeño, Jaime, profesor, dice que «ya no quedan matrimonios como los de antes, no hay paciencia. Ellos no son de hablar mucho, pero les basta una mirada o un gesto».

Juana Santamaría, de 73 años, y Juan Insa, de 75, han cumplido sus bodas de plata. Medio siglo juntos con el respeto mutuo como clave. Él cuenta que su mujer le comprende y que van a una, juntos en lo bueno y en lo malo. Juana asegura que es «un hombre maravilloso, tiene muchas cualidades», entre ellas, apunta, el romanticismo: por San Valentín le suele regalar flores. «¿Qué cual es la clave? Saber llevarse, no es otra cosa. Las parejas se separan porque no tienen paciencia. Nosotros estamos enamorados como el primer día». El del flechazo, cuando Juan, camarero, veía pasar a Juana de camino a su trabajo en la casa de un médico. Tiene dos hijos y dos nietos «preciosos».