El escenario que se ha generado entorno a los okupas en la ciudad de Alicante comienza a ser preocupante. Los vecinos del barrio de San Blas denuncian un nuevo caso de ocupación ilegal de viviendas. En concreto, en la calle Bono Guarner, donde hay varias personas habitando de manera irregular en dos bloques entre los números 7 y 11. Según los propios residentes, uno de ellos vive en una casa que lleva abandonada muchos años y que se encuentra en estado ruinoso. «Nos preocupa que en estos inmuebles se meta gente a vivir constantemente y pueda pasar alguna desgracia», explica la asociación de vecinos «El Magro», ubicada entre el polígono y el barrio de San Blas. La situación se agrava, añaden, porque en numerosas ocasiones se han colado adolescentes a jugar de madrugada, algo que han podido constatar también ciudadanos que vivien en las proximidades. «Llamamos a la Policía Local y nos dicen que no pueden hacer nada, la vivienda cada vez está en peores condiciones y encima se mete gente molesta por las noches». El colectivo solicita que se precinte el inmueble para evitar problemas de seguridad en el tramo, y más con alguien en su interior.

La problemática de los okupas se adhiere también a las carencias del barrio, tanto en materia de limpieza como mantenimiento de numerosas calles y jardines que completan el distrito. «Las calles huelen fatal, somos un barrio ubicado en el centro de la ciudad y damos imagen del extrarradio», explica una mujer cuya peluquería está ubicada frente a las señaladas viviendas. La trabajadora confirma que es constante la presencia de okupas en la zona y reclama más actuaciones municipales ante el «abandono» que sufre la zona. Mientras, otros trabajadores de una tienda de venta de patinetes, también ponen el foco en la ocupación ilegal de los inmuebles y añaden que la falta de limpieza deja un «infame» olor a heces de animales que defecan en los árboles que hay a las puertas de los negocios. «No se puede estar, y lo peor es que son las mascotas de los propios vecinos; si hubiera algún Policía Local por la calle se hincharía a poner multas, porque no se puede estar de lo mal que huele», subraya uno de los dependientes.

Asimimo, la gerente de una cafetería, ubicada en la esquina de Bono Guarner, detalla que en el bloque del número 7 habita otra persona de manera ilegal y que se encuentran «inmersos en pleno proceso judicial» porque «estamos pagando todos que él viva gratis y genere problemas de convivencia». «El problema es más grave de lo que parece, porque ante la lentitud de los procedimientos administrativos para echar a los okupas, los propietarios acaban pagando a estas personas para que se marchen, y al final buscan el dinero para irse», indica la vecina del barrio.

Al respecto, fuentes de la subdelegación aseguran que si no existe una denuncia al respecto la Policía Nacional no puede actuar. Mientras, el bipartito anunció este pasado fin de semana que llevarán al próximo pleno una declaración institucional conjunta sobre los okupas, en la que solicitarán modificaciones del Código Penal para castigar «más severamente una práctica que deja desamparados a muchos propietarios y que provoca problemas de seguridad, tráfico de drogas y degradación de la vida en los barrios».

Desidia

La asociación de vecinos denuncia también las «escasas actuaciones de mantenimiento» que se han llevado a cabo en las calles de San Blas. «Asfaltaron una parte de la calle principal, Pintor Gisbert, pero el aspecto que presentan muchos tramos es el un distrito abandonado». Zonas sin alumbrado público, parques y jardines que desprenden malos olores y una carencia de trabajos «necesarios» que solo se elaboran «cuando vienen elecciones». El Ayuntamiento asegura que se produce una barrida manual todos los días por los viales de la zona, mientras que la limpieza de los jardines se realiza una vez a la semana. Sin embargo, la imagen que ofrecían estos lugares el pasado fin de semana era la una falta de actuaciones notable, con charcos de agua y orines de animales. Además, el acceso al parking de la calle el Pilar con Santa Isabel presenta una clara falta de mantenimiento tanto en el pavimento con en las farolas públicas. «Todo lleva así años y nunca lo han solucionado, a esto se le llama desidia», afirma la asociación de «El Magro». Además, los caminos adyacentes al polideportivo están deformados por los boquetes generados.