P ¿Qué sabe la ciencia del nuevo coronavirus que ha desatado la alarma mundial?

R Es un coronavirus muy parecido al que produjo la pandemia de 2003 del Síndrome Respiratorio Agudo Severo, SARS 1, de hecho a este le llamamos SARS 2. Aunque nos falta conocer algunas cosas, comparte mucho genéticamente y también de cómo está evolucinando desde el punto de vista epidemiológico y clínico. Es una variante de aquel virus del que ya se pudieron identificar los reservorios años después, en 2017, en un tipo específico de murciélagos. En este caso no tenemos claro el huésped intermedio. Del SARS 1 aprendimos mucho, mutó para hacerse más transmisible. El avance en este coronavirus es que tras el brote el laboratorio de alta seguridad biológica de Wuhan ya tenía la secuencia genética competa porque estaban trabajando con el SARS. Esto ha permitido que se diagnostiquen más casos al haber disponible una prueba diagnóstica desde el primer momento.

P Ya está presente en más de 50 países, ¿por qué se expande tan rápido?

R Estamos en un mundo globalizado, los desplazamientos de personas son continuos y una infección que se transmite por tacto y por gotas de saliva, por contacto con personas, es difícil que no se mueva del sitio. Tiene un periodo de incubación relativamente corto y una tasa de transmisibilidad de dos a tres personas por infectado, así que es muy difícil de contener. Es algo inevitable, aunque las medidas de contención contribuyen a que la diseminación no sea aún mayor. Se está propagando a muchos países pero por ahora, salvo China, Corea del Sur e Italia, en principio el número de casos es pequeño. Pero es cierto que hemos llegado a una fase en que está muy extendido y puede haber brotes y extenderse en proporciones pandémicas.

P El reto es la contención, ¿cómo se llevó a cabo con el SARS1?

R El SARS 1 se propagó mucho en los centros sanitarios, el 60% de las infecciones se adquirieron en el entorno sanitario porque los sistemas no estaban preparados, ahora se ha mejorado. Ahora llega la hora de la verdad para el sistema sanitario. Llegarán pacientes y tenemos que aplicar medidas de contención para evitar que en el entorno sanitario se produzca propagación.

P ¿Estamos bien preparados en España?

R En España nos hemos preparado durante todo este tiempo pero no deja de ser un reto. Hay que atender a los pacientes y los profesionales sanitarios tenemos riesgos. Con el SARS 1 casi un tercio de los infectados fue personal sanitario. Tenemos que cuidar a los demás y protegernos, así como evitar que la enfermedad se propague. Las medidas básicas de higiene, prevención y control de la infección tienen que ser aplicadas por la sociedad en su conjunto y de forma más exquisita por los profesionales a medida que vayamos recibiendo casos.

P ¿Las mascarillas son útiles?

R La transmisión es por gotas de saliva que caen en pocos segundos al suelo y no se proyectan a distancias mayores de uno o dos metros, y por contacto, para lo que es necesario tocar un lugar donde haya estado el virus y llevarnos las manos a nuestra nariz, boca o la conjuntiva -ojos- que es por donde entra el virus al organismo. Por lo tanto, lo fundamental es el lavado de manos frecuente porque a través de ellas nosotros mismos las llevamos a las mucosas y nos infectamos. Y mantener una distancia de seguridad entre personas. Si estamos en contacto con una persona que puede estar enferma nos lo podría transmitir. Si a pesar de todo no podemos guardar la distancia de seguridad porque estamos cuidando a esta persona sí que se puede establecer la barrera de la mascarilla. Pero salir a la calle con la mascarilla puesta es absurdo porque no hay evidencia de transmisión aérea. Es más recomendable siempre que sea la persona que puede propagar el virus la que lleve la mascarilla.

P Parece que se pasa como una gripe y en personas sanas no tiene mayor problema, pero ¿cómo se puede proteger la población de riesgo?

R Para la mayoría de personas es como la gripe, que se pasa y ya está, pero es verdad que hay una pequeña proporción que puede tener un cuadro grave y derivar en neumonía. Ocurre más a menudo en personas de edad avanzada y con enfermedades de base pero no sólo ocurre en esas personas. No hay que minimizar. Todos tenemos que protegernos. Dicho esto, el riesgo ahora mismo en España es mínimo, la probabilidad de que nos crucemos con alguien que tenga el virus en una población de más de 40 millones cuando sólo la tienen unos pocos tiende a cero.

P ¿Desaparecerá el virus en verano? ¿Se quedará con nosotros como la gripe?

R El verano no es bueno para ningún virus, aunque no siempre es así. El SARS 1 remitió en junio y desapareció, eso es lo esperable y lo deseable con este, aunque es arriesgado hacer pronósticos. Lo que pasó con el SARS 1 fue un enigma porque con la misma virulencia que apareció, desapareció. Pero aquella epidemia no llegó a sistemas sanitarios muy debilitados que podrían suponer un riesgo mayor al aumentar sus consecuencias y prolongar la duración de la epidemia.

España contiene el avance del coronavirus

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