Para Javier Sánchez Vera, el defensor de Miguel López, el crimen de María del Carmen Martínez «no ha quedado impune porque ya está juzgado». La base de la sentencia absolutoria, que atribuye el asesinato a un desconocido, son las deliberaciones del último veredicto, a partir de que entra en el tribunal el primer suplente por la indisposición de una de los miembros del jurado. «Lo demás son fuegos de artificio», espetó. El letrado respondía así a la demoledora exposición de las acusaciones, a las que recriminó que no alegaran en el momento en que se devolvió ese primer dictamen la indefensión que después argumentaron en sus recursos y ayer expusieron ante el Tribunal Superior. Para Sánchez Vera, «nadie les impidió pedir el acta y ahora pretenden que se repita un juicio de nada menos de un mes de duración», dijo.

El letrado tachó de inverosímil que el primer acta fuera condenatoria, calificó de «correctísimas» las indicaciones de la magistrada Bru al jurado y agregó que reclamar un veredicto más motivado nunca puede ser malo para ninguna de las partes. «Todo lo alegado por las acusaciones es extemporáneo e irrelevante», resumió al término de su intervención.