«Me gusta. Es interesante». Alberto Navalón no necesita más motivación, a sus 14 años, para enfrascarse casi a diario a programar en el ordenador en cuanto acaba con sus deberes, y colaborar como el que más con el traductor de lenguas online del gigante Google.

Ha quedado finalista del premio que otorga cada año la multinacional -«porque no permiten ganar dos veces y ya lo hizo el año pasado», puntualiza admirada Herminia Pastor Pina, su profesora de Informática en el Instituto María Blasco de San Vicente del Raspeig-, y cuenta maravillas de su estancia en Silicon Valley, California, como parte del premio obtenido.

«Es una ciudad entera y la gente trabaja donde quiere, en la terraza por ejemplo. No tienen horario, ni fichan, incluso no tienen por qué ir, solo hay una fecha límite para entregar los trabajos». A Alberto le fascina que las zonas de ocio ocupen tanto como las de trabajo. Ha estado en el área de relajación, la de juegos, cada planta tiene una cocina y en el restaurante se puede comer lo que uno quiera también. «Sería brutal trabajar allí -confiesa-, sería increíble. Si me lo ofrecen me iría de cabeza», afirma. No obstante también opina que para cuando tenga edad laboral «muchas otras empresas tendrán ese mismo modelo, pero la experiencia de estar allí ha sido impagable», reitera.

Frente a lo que pudiera parecer, no es la competitividad lo que le mueve a participar de este premio, sino «la comunidad que se ha formado con gente de todo el mundo trabajando en código abierto con una misma pasión, que es conseguir mejorar las traducciones de lenguas, incluidas las más minoritarias».

Es lo mismo que destaca su profesora, «el compromiso que ha adquirido con el proyecto Appertium, sabiendo de antemano que no iba a ganar nada esta vez. Su afán de aprender por aprender es maravilloso», enfatiza Pastor.

Tras aprender por sí solo a programar con videos de YouTube, lo que le valió el premio el curso pasado gracias al empuje también de su profesora, ha seguido colaborando con Google de forma voluntaria durante todo el año, lo que para él es «una excelente práctica». «Si sabía equis de programación, ahora sabe el doble, llega a niveles indescriptibles», subraya Herminia Pastor. Participa en la mejora del motor de traducción online más universal para lograr resultados más ágiles y precisos. «El ordenador no piensa como un humano y lograr un lenguaje lo más natural posible es uno de los grandes retos del futuro, para tener traducciones lo más cercanas a la realidad. Siempre habrá algo que mejorar», concluye, dispuesto a seguir en ello.