Los 60 alumnos de Bachillerato del colegio Calasancio de Alicante, pendientes de su vuelta a casa tras ver rechazado dos días seguidos su acceso al ferri desde el puerto de Roma, harán el viaje de regreso en autobús.

Así al menos lo comunicó ayer la directora religiosa del centro a los padres de alumnos en un comunicado en el que lamentaba que se habían «visto truncadas diferentes vías hasta el momento por el desarrollo de los acontecimientos».

Los alumnos no pudieron acceder al barco porque alguno de ellos presentaba décimas de temperatura y no se les permitió subir.

La odisea de estos jóvenes arrancó el domingo pasado cuando se fueron de viaje de fin de curso a Roma. Su llegada prácticamente coincidió con el comienzo del bloqueo de Italia por la propagación del coronavirus y no pudieron ni entrar al Vaticano porque el grupo, según les dijeron, era muy numeroso.

El centro educativo intentó que regresaran a los dos días en avión, pero cuando tenían confirmado el vuelo se cerró el espacio aéreo. También se frustró en dos ocasiones el intento de que vinieran en barco y finalmente se ha optado por enviar dos autocares contratados por el centro educativo con Vectalia. Los dos conductores que se han ofrecido voluntarios disponen de todas las medidas higiénicas y sanitarias necesarias, y desde la empresa afirman que en cuanto estén en Alicante permanecerán quince días aislados y se desinfectarán los vehículos.

Los autobuses salieron la madrugada del jueves desde Alicante y estaba previsto que llegaran de vuelta el sábado. La dirección del centro informó a las familias de que por acuerdo con los padres de los alumnos desplazados a Italia, tanto estudiantes como los profesores que les acompañan se mantendrán aislados en sus domicilios al menos hasta el próximo día 23 de marzo, medida que ya no preocupa al resto de padres de alumnos del colegio tras decretar Educación la suspensión generalizada de clases desde el lunes.