P En una situación de crisis sanitaria como esta del coronavirus ¿qué papel juega la enfermería en el engranaje sanitario?

R Juega un papel fundamental, mucho más de lo que la propia sociedad seguramente identifique. Como sociedad científica, por ejemplo, estamos participando con el Ministerio de Sanidad en la redacción de todas las guías que se están desarrollando y se van actualizando para que los profesionales puedan tenerlas. Más allá de esto, los profesionales que día a día están en los centros de salud y en los hospitales están teniendo un comportamiento ejemplar y afrontando las cosas de una manera que muchas veces sobrepasa la capacidad que tienen. En determinadas comunidades como Madrid, el País Vasco y La Rioja los servicios están saturados y ello conlleva que los profesionales tengan que realizar un esfuerzo añadido. las enfermeras son un colectivo con unas ratios muy por debajo de lo que las organizaciones internacionales recomiendan, por lo que todavía se debe de agradecer más el esfuerzo y la dedicación.

P ¿Están los enfermeros suficientemente formados para hacer frente a esta situación?

R Las enfermeras, como el resto de profesionales de la salud, están muy bien formadas, pero situaciones como estas sobrepasan a los profesionales, a los científicos y a los expertos. Son situaciones sobrevenidas y nuevas que requieren de planteamientos diferentes a los habituales. Esto exige un mayor esfuerzo de preparación, de incorporar nuevos elementos de prevención y precauciones, de información que hay que trasladar a la población y sobre todo de tener una exquisita preparación a la hora de trasladar esa información que no genere una innecesaria alarma o sensacionalismo, de la que ya se encarga la propia situación.

P Las enfermeras, al igual que el resto de profesionales sanitarios, corren mayores riesgos que el resto de la población, ¿cómo se afronta esto?

R Sí, pero es como decir que los bomberos cuando van a apagar un fuego corren más riesgos que el resto de la población. Esta situación se afronta extremando las precauciones, las propias y las de la población a la que se atiende. Uno ya sabe cuando decide ser enfermera o médico a lo que se expone en determinadas situaciones y ésta es una de ellas. Pero esto no quiere decir que exista una alarma generalizada entre los profesionales por el hecho de que puedan contagiarse.

P El papel de los profesionales de la Enfermería ¿puede paliar o evitar el colapso del sistema sanitario con su intervención en la hospitalización a domicilio?

R Sin duda. Una de las principales vías en las que hemos participado son la vía de atención primaria y la vía de atención en el ámbito domiciliario. Esto trata de minimizar al máximo las consecuencias derivadas de una lógica demanda por parte de la población ante la incertidumbre. La información y la educación para la salud es fundamental, que lo que se traslade sea información que no oculte datos y que sea veraz frente al sensacionalismo de algunos medios y sobre todo de las redes sociales.

P ¿Cree que las medidas que se están tomando son las adecuadas? ¿Se tenían que haber tomado antes?

R A toro pasado es fácil hablar. Si no se hubieran tomado se pregunta luego por qué y si se toman las precauciones también se cuestionan porque generan alarma. La ocultación de información genera más miedo. Creo que las administraciones públicas, tanto central como autonómicas y locales se están coordinando de manera eficaz y dando una respuesta temprana y ligada a lo que dicen los expertos y a las evidencias científicas. Dicho esto siempre queda la duda de si las decisiones que se adoptan son las mejores, pero no se puede cuestionar que todas las medidas adoptadas están avaladas por estudios de expertos de diversas especialidades.

P En Alicante estamos en fase de contención, ¿se deberían tomar más medidas para evitar llegar a una situación como la de Madrid?

R Adelantar medidas sin que existan indicadores y criterios que indiquen la adopción de las mismas en innecesario y solo genera más alarma. Cuando se adoptan las decisiones, por duras que sean como las que se están tomando, se hacen asumiendo todas las consecuencias y teniendo claro que son las que tocan. Ahora mismo en Alicante no toca adoptar otro tipo de medidas. Se evalúa la evolución de la pandemia constantemente y en función de eso se toman las decisiones.

P Estamos en una situación inédita, ¿nos tenemos que preparar para situaciones así en el futuro?

R Uno nunca está preparado para afrontar situaciones que no sabe cómo se van a comportar. El problema es que se trata de un virus que no se sabe como se comporta, para el que no hay vacuna y que requiere de una atención pormenorizada para averiguar su comportamiento. La población nunca está suficientemente preparada, el miedo es libre. Por eso es importante trasladar mensajes de tranquilidad sin ocultar la información.

P Pero la población sí está recibiendo información.

R Sí, pero muchas veces llama la atención las contradicciones que se generan. Por una parte, la interiorización de un miedo irracional y, por otra, adoptar hábitos contradictorios con lo que se está diciendo que se tiene que hacer: mantener la distancia de un metro, lavarse las manos frecuentemente, no tocarse la cara y ante los síntomas de fiebre, tos seca y malestar generalizado avisar para que la persona se aísle y se proteja a su entorno.

P En estos casos hay que apelar a la responsabilidad ciudadana.

R La salud es una responsabilidad de todos, aunque esto no nos puede llevar a la culpabilización de las personas que se contagien.

P ¿Usted también espera que se produzca un pico de contagios ahora y que con el calor descienda la incidencia?

R Lo previsible es eso, pero bola de cristal no tenemos. Todo se basa en comportamientos de otras epidemias pero hay que ser cauteloso a la hora de aventurar predicciones futuras que desconocemos con exactitud. También dependerá de cómo evolucione la epidemia en función de si las medidas que estamos tomando son efectivas.