Algunas zonas turísticas de la provincia amanecían estos días llenas como si de la Semana Santa o el inicio del verano se tratara. La llegada de turistas de las zonas con más riesgo de España por el Coronavirus, como si de un periodo de vacaciones se tratara, ha despertado todas las alertas en los municipios en los que estos visitantes tienen sus segundas residencias. Por ello, los alcaldes han llamado a la responsabilidad de todos los residentes, sobre todo de aquellos que han cogido las maletas y han viajado hacia la costa.

En las ciudades españolas más afectadas por el COVID-19 llevan semanas de restricciones, desde la cancelación de clases a cierre de negocios, y en todas ellas se ha lanzado un mensaje claro de que la población debía quedarse en casa. Sin embargo, muchos han decidido viajar hacia la costa para pasar los días de teletrabajo y sin clase o, simplemente, para «huir» de esta situación.

Desde Alicante, los llegados en tren se han repartido por la provincia. Los taxistas habituales en la parada han recogido y llevado a Calpe, Benidorm, Santa Pola, Guardamar y otras zonas, sobre todo a personas mayores que, según explicaron, vienen con mascarillas y guantes, así como a familias con niños, que han llegado en sus coches. En la Playa de San Juan, en Alicante, paseaban algunas parejas recién llegadas, sobre todo jubilados, que reconocían que aquí estaban más tranquilos al no haber tantos casos. Lejos de seguir las recomendaciones, había algunas pandillas de jóvenes como si estuvieran de vacaciones.

En las urbanizaciones donde muchos ciudadanos de la capital española tienen su residencia de veraneo se apreciaban las ventanas abiertas y también se veía gente en los supermercados, lo que comenzó a provocar el recelo de la clientela local y quejas porque muchos hayan decidido venir a la costa sin pensar en la posible propagación.

En Benidorm, también se ha visto más movimiento de turistas, muchos de ellos procedentes de las zonas más afectadas por el COVID-19. Preguntados por ello, señalan que han venido porque aquí «se sienten más tranquilos y seguros», incluso hay quien indica que ha venido porque «se dice que con el calor el virus se muere y aquí hay muy buen tiempo». Pero si se les pregunta por qué no hicieron caso de las recomendaciones de no viajar y de quedarse en casa, su semblante cambia pero reconocen que en un principio no creyeron que esta crisis sanitaria fuera tan grave. Y hay quien ya se arrepiente después de ver que la Comunidad Valenciana también comienza a aplicar restricciones.

Aunque la situación aún no es como la de Murcia que decidía ayer confinar a 376.000 personas de siete municipios costeros (Cartagena, San Javier, San Pedro del Pinatar, Los Alcázares, La Unión, Mazarrón y Águilas). El presidente de esta Comunidad Autónoma Fernando López Miras, anunció esta medida e indicó que se ha visto obligado a tomarla por la «irresponsabilidad» del gran número de personas procedentes de zonas de riesgo que se han tomado la cuarentena como unas «vacaciones». Desde la Conselleria de Sanidad se ha mostrado preocupación ante esta proliferación de visitantes procedentes de las zonas más afectadas por el virus. Y la en misma estela se han pronunciado algunos alcaldes de la provincia aunque otros muestran cautela.

En Guardamar del Segura, el alcalde José Luis Sáez (PSOE) apeló ayer a la responsabilidad de quienes han llegado en los últimos días desde zonas como Madrid y País Vasco a ocupar sus viviendas secundarias. «No pueden hacer vida normal. Asocian su casa aquí con las vacaciones y no estamos en esa situación», indicó el primer edil. Las cifras de consumo de agua en el municipio reflejan una presencia de tres a cuatro mil residentes más de los habituales en esta época del año.

El concejal del gobierno de Torrevieja Federico Alarcón, por su parte, matizó sobre este asunto que un ayuntamiento no puede trasladar a la administración central o autonómica las peticiones de distintos partidos políticos y de muchos ciudadanos en el sentido de limitar la llegada de vecinos de Madrid. El alcalde del municipio, Eduardo Dolón, (PP) no se pronunció sobre este asunto, mientras que la demanda de agua y de compradores en los supermercados refleja que la ciudad ha recibido un volumen importante de nuevos residentes en los últimos días y que en muchos casos están realizando «vida normal», como en unas vacaciones.

Sin embargo, a media tarde de ayer, vehículos de la Policía Local lanzaban por megafonía un mensaje en el que se recomendaba « a los ciudadanos que han llegado de otras comunidades autónomas que permanezcan en sus domicilios. Desde el Ayuntamiento rogamos a todos los ciudadanos prudencia y tranquilidad» y concluían con: «Frenar el coronavirus es trabajo de todos».

En Pilar de la Horadada, el Ayuntamiento optó ayer por la diplomacia a la hora de pedir a madrileños y vascos que se queden en sus casas. «Si has venido a Pilar de la Horadada a disfrutar de sus playas, la magnífica gastronomía y fabulosos espacios libres de nuestro pueblo, te rogamos enca recidamente que te quedes en casa hasta que pase el coronavirus». Un mensaje menos rotundo que el que se difundía a cinco kilómetros al sur, en el municipio murciano de San Javier en el que se exige con megafonía a los residentes llegados de Madrid y País Vasco que se queden «confinados» en su casa.

En Santa Pola se repitió ayer la petición de que, tanto vecinos como visitantes, se queden en casa durante estos días, según indicó la alcaldesa, Loreto Serrano. Cierto es que se ha notado un aumento de segundos residentes que han llegado estos días de comunidades como Madrid en busca de un lugar más tranquilo y alejado de los principales focos de contagio, como ocurre en la capital del país. Por ello eran innumerables los vecinos que afearon ayer en las redes sociales que muchos de ellos hayan cometido un acto de imprudencia al abandonar sus comunidades autónomas e incluso criticaban que algunos hayan aprovechado la crisis para adelantar las vacaciones y disfrutar de las playas de Santa Pola.

Desde la asociación de vecinos de Gran Alacant, que representa a las comunidades de vecinos, afirman que están notando cómo aumenta el número de personas que llegan a sus segundas viviendas, «pero la gente que viene irresponsablemente no atiende a comunicados y una vez aquí son propietarios y no se les puede negar el acceso», señala José Luis Gil, presidente del colectivo vecinal.

Movimiento de personas

Por su parte, sobre la llegada de ciudadanos de otras comunidades de riesgo, el alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP), dijo que el movimiento de personas es un «derecho constitucional» que para ser suspendido o limitado exige de un decreto que declare el estado de excepción o de emergencia, que sólo puede acordar el Gobierno de España. «Tomamos las medidas paliativas y preventivas esté quien esté en Alicante, en cuanto a los movimientos que pueda haber entre distintas zonas», apuntó.

Barcala pidió prudencia frente a especulaciones con determinadas cuestiones y dijo que las medidas se irán acordando en función de las circunstancias de cada momento. «Si por cualquier razón, tenemos la fortuna de seguir recibiendo turistas y visitantes es lo mismo: el uso de instalaciones, de actividades comunes o aglomeraciones las vamos a tratar exactamente igual». El Ayuntamiento ha prohibido aglomeraciones y las actividades municipales en principio por 15 días.

En la misma línea se pronunció el alcalde de Benidorm, Antonio Pérez (PP). «Somos conscientes de la realidad del municipio, como deberían ser todos conscientes, por eso, el bando municipal con las medidas a tomar va dirigido al conjunto de la población de la ciudad, sean residentes o no» ya que añadió que «la realidad de Benidorm todo el año es la de movimiento de gente que tienen aquí sus segundas residencias».