Entre el personal sanitario, las medidas de protección contra el coronavirus crecen cada día más, con el fin de evitar brotes en los hospitalescomo el originado entre anestesiólogos del Hospital General de Alicante o entre directivos del Hospital General de Elche. Blas Giménez, jefe de servicio de Urgencias del Hospital del Vinalopó, señala que su servicio cuenta con hasta tres niveles de protección a la hora de atender a los pacientes.

En el más básico, los facultativos utilizan una mascarilla y se higienizan las manos. El nivel intermedio añade guantes y una bata quirúrgica, y en el más alto se añaden gafas, gorros y se sustituye la mascarilla por otro de menor protección, se usa bata impermeable y gafas, aunque es el menos frecuente, señala el doctor Giménez. Entre los profesionales, dentro de la preocupación, predomina la tranquilidad, ya que «es más difícil contagiarte del virus fuera, por la calle, que aquí. Estamos muy protegidos y no tenemos carencia de material, como sí está pasando en otros hospitales», añade.

El hospital también ha cerrado la cafetería para el personal sanitario, por lo que «comemos, cenamos o merendamos por separado, cada uno en una punta, y evitamos todo tipo de contacto y tratamos, dentro de lo posible, mantener la distancia de seguridad entre nosotros». Son medidas difíciles de afrontar, no solo en el plano profesional, sino «también en el personal, porque pasamos muchas horas juntos y esa imagen de sentarse a tomar algo tres o cuatro personas, se ha acabado».

Los turnos también se han visto modificados, en Urgencias y se ha intentado espaciar las guardias para que el personal pase menos tiempo en el hospital.

También se han suprimido las libranzas y cambios de turno para evitar contagios entre compañeros y servicios.