El impacto del confinamiento puede ser "especialmente alto" en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), que pueden sufrir comportamientos "difíciles" de forma más frecuente e intensa que se deben canalizar y estructurar sus actividades.

Así lo aseguran la psicóloga clínica infantil Inmaculada Palazón y la psiquiatra infantil Auxi Javaloyes, del Hospital General de Alicante, que advierten de la posibilidad de que durante estas semanas los niños muestren un aumento de las conductas repetitivas como abrir/cerrar luces, puertas o lanzar objetos.

Repetirles una y otra vez que no lo hagan, no solo no suele funcionar, sino que puede complicar más la situación, y sí hay que ayudarles en canalizar esa conducta, señalando un espacio donde puedan hacerlo (eligiendo un interruptor o puerta concreta con una pegatina, o preparando una caja forrada y una bolsa de objetos que se pueden lanzar).

En esta etapa, al no poder seguir con las rutinas -tan importantes para los niños autistas-, el aburrimiento y estar expuestos a un nivel de estrés alto puede producir un aumento de la frecuencia e intensidad de los problemas de conducta, alertan.

Es importante anticiparse con las agendas, estructurando actividades, y evitar usar el "no" como respuesta y sustituirla por el "sí, pero", ubicando la petición en el momento que pueda realizarse, y en caso de que no fuera posible permitir que el niño manifieste su protesta sin intentar pararla ofreciendo un acompañamiento pasivo y en actitud paciente, no hacer nada, según aconsejan.

Una vez la conducta de protesta haya cesado por sí misma, sin intervención activa del adulto, se retoma la actividad justo dónde se había interrumpido antes de que el niño formulara la petición y sin hacer mención alguna de lo ocurrido, evitando así la percepción de culpa por parte del niño.

Otra conducta que seguramente se acentúe estas semanas son las estereotipias (movimientos repetitivos sin finalidad aparente). Si se entienden como una señal de aburrimiento, hay que intentar darle una funcionalidad a la conducta, por ejemplo, si la estereotipia consiste en palmear las paredes, colocarle marcas para que las sigas y sea ahí donde golpee, señalando un principio y final de la actividad.

Por el contrario si vienen motivadas por excitación, en caso de que sea por algo que les agrada, lo sensato es permitirla sin más. Si es por algo que le agobia, no hay que intentar pararlas, sino centrarse en identificar lo que le ha puesto nervioso y reducir su exposición a esa situación.