La imposibilidad de mantener las clases presenciales para evitar los contagios del Covid-19 ha obligado a los alumnos y alumnas de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachiller y Formación Profesional a continuar sus estudios telemáticamente desde sus hogares. A pesar del confinamiento domiciliario obligatorio, el profesorado está haciendo un gran esfuerzo para evitar que se pierda el curso, la gran preocupación de las familias. Por eso mantienen todas las actividades educativas, incluso la asignatura de Deportes, con las modalidades a distancia y on line. No está resultando fácil pero se está «progresando adecuadamente».

Aunque en los primeros días la experiencia resultó un tanto caótica, tanto para alumnos como para madres, padres y profesores, lo cierto es que todo está mejorando día a día. El personal docente considera normal que haya dificultades. El aprendizaje requiere su tiempo y en este caso la comunidad educativa se enfrenta a un proceso completamente novedoso, con una metodología inusual y herramientas diferentes.

Al principio ha habido que ajustar muchas variables y sortear muchos obstáculos. Por ejemplo, ha habido que enseñar a los estudiantes a acceder a los diferentes medios on line que utiliza el profesorado. Pero también el profesorado ha tenido que familiarizarse en el manejo de esos medios tecnológicos. Muchos padres han tenido que ayudar a los niños más pequeños a navegar por internet y extraer el material necesario para seguir las clases; muchos alumnos de Secundaria y Bachiller también han recibido instrucciones para descargar archivos, escanear, imágenes así como «colgar» los trabajos en las páginas web donde los profesores pueden hacer un seguimiento de las tareas y, una vez finalizados corregirlos y puntuarlos.

Son dispares los métodos que se están empleando por parte de los docentes. Desde grabaciones de videos tutoriales, que se reproducen únicamente en las páginas destinadas al alumnado del curso y del centro concreto, hasta las clases online. En este sentido han partido con ventaja aquellos colegios, institutos y centros de FP que ya venían usando plataformas telemáticas para complementar la formación y propiciar una comunicación directa entre alumnos, padres y profesores.

La mayoría de los centros están siguiendo los horarios escolares habituales previos al estado de alarma, y el profesorado está totalmente disponible para impartir materia, resolver dudas e informar del trabajo diario. La comunicación alumno-profesor se suele hacer a través de correos electrónicos pero cada vez se utilizan más los chat por internet. De este modo toda la clase tiene acceso a las preguntas y respuestas a tiempo real. Ya se han hecho los primeros exámenes on line tipo test. Para evitar que puedan copiarse las preguntas, aprovechándose de que están en casa, éstas se formulan dando al alumnado un plazo máximo de respuesta. Solo tienen tiempo el justo de leer la pregunta y responderla. Así se combate la picaresca estudiantil. También están determinados los tiempos de descanso y, por supuesto, hay recreo...pero sin salir de casa.

Respecto a la calificación los profesores están poniendo las primeras notas valorando, sobre todo, el trabajo diario que se realiza desde casa. De momento se busca potenciar el uso de los medios tecnológicos y, una vez dominado, el contenido y la exigencia irá aumentando.

Los padres se están implicando más que nunca en la educación de sus hijos pero muchos de ellos tampoco están duchos en las nuevas tecnologías. Tienen que aprender primero ellos para así enseñar a sus hijos y que puedan desenvolverse solos. Los escolares de Infantil y los cursos más pequeños de Primaria dependen totalmente de los padres. Y muchos de ellos trabajan, lo que se convierte en una dificultad añadida.

Se puede trabajar con ordenador, tabletas y móviles de tal modo que se facilita la enseñanza a distancia. Pero la mala conexión con internet y la falta de suficientes ordenadores -sobre todo familias numerosas- son los principales escollos del día a día.

Juan Pedro tiene 9 años y estudia cuarto de Primaria. Le gusta este sistema de enseñanza porque le resulta novedoso pero preferiría que todo fuera como antes del coronavirus. «No tenemos tanto trabajo como cuando estamos en el cole pero estoy deseando volver a estar con mis compañeros y profesores». Rosana tiene 16 años y estudia cuarto de ESO. «Recibir las clases sin salir de casa tiene sus pros y sus contras. Podemos estar en pijama todo el día pero hay veces que no nos aclaramos con los ordenadores y ahora, además, los profes nos tienen mucho más controlados en cuanto a los deberes y los trabajos». José Luis tiene 17 años y estudia segundo de Bachiller. «El nuevo método no está tan mal teniendo en cuenta las circunstancias actuales y también es verdad que nos está permitiendo conocer otra forma de aprender. Pero en asignaturas de la rama de Ciencias es mucho más complicada la enseñanza on line. Además, estamos muy preocupados por lo que va a pasar con la PAU».

Dentro de la campaña de aplausos desde los balcones por el Covid-19 también han surgido iniciativas de padres que piden un homenaje a los maestros y profesores. Quieren agradecerles su implicación para que sus hijos sigan estudiando, mantengan la rutina, aprendan y no pierdan el curso.