Solo Unidas Podemos (con dos ediles) sigue instalado en el «no» al Presupuesto municipal de 2020 impulsado por el gobierno municipal de Alicante, ya que el PSOE (nueve), Compromís (dos) y Vox (dos) optaron por la abstención. Así se evidenció ayer en la Comisión de Hacienda previa al Pleno del próximo lunes, que por primera vez se realizará por vía telemática, con cada concejal en su respectivo domicilio. Ayer no fue así.

La comisión se celebró de forma presencial, eso sí, con imágenes inéditas en Alicante, propias de un estado de alarma como el decretado en España por la crisis del coronavirus: solo pudo acudir un representante de cada grupo municipal, varios lo hicieron con mascarillas (incluido el propio alcalde), se celebró en el Salón de Plenos, para guardar más distancia entre los presentes, y hubo una conexión por videoconferencia, con el portavoz de Vox, Mario Ortolá, que está en cuarentena.

El resultado de la última votación (una vez abordadas el casi centenar de enmiendas, donde ya poco importaba que los técnicos rechazasen propuestas de Vox como reducir el dinero para apoyar el movimiento LGBTI), no se salió del guion previsto, de lo deslizado por los grupos en la jornada previa, antes de conocerse el futuro de las enmiendas. Y es que el coronavirus lo había cambiado todo: el foco de atención es otro.

Con todo, la votación definitiva para la aprobación inicial del Presupuesto se producirá el próximo lunes, aunque nada hacer pensar que pueda haber variaciones significativas. Luego se abrirá un periodo de exposición pública, que según fuentes de Alcaldía se podrá realizar pese a que los plazos administrativos están paralizados durante el estado de alarma. La aprobación definitiva de las cuentas se espera para dentro de aproximadamente un mes, a finales de abril. De este Presupuesto de 2020 dependen, según han insistido desde el bipartito de Alicante, inversiones de la Edusi de las Cigarreras, el aumento de la plantilla municipal o incrementar el pago a servicios como el de la limpieza viaria y recogida de basura, que finaliza en poco más de un año, y el de zonas verdes, recientemente adjudicado a una nueva empresa.

A partir de esa fecha, ya se podrán abordar modificaciones a un texto que no incluye todavía medidas para combatir las consecuencias económicas y sociales derivadas de la lucha contra el coronavirus ya que se elaboró antes de la irrupción del coronavirus. Así se comprometió ayer, de nuevo, el alcalde Barcala. Lo hizo en una reunión previa con los portavoces.

Al término de la comisión, el regidor popular se mostró satisfecho con la actitud de la mayoría de la oposición. Una postura a la que también se sumaron desde Cs. Los grupos que se abstuvieron (PSOE, Compromís y Vox) coincidieron al asegurar que el Presupuesto no les representa, que no les gusta, pero explicaron que optaron por ese voto por «responsabilidad» y «lealtad institucional» ante la crisis sobrevenida. Desde Unidas Podemos mantuvieron su rechazo a un texto sin la vista en el coronavirus. El lunes, la votación definitiva.