El tiempo muerto no existe. El tiempo tampoco se mata; al revés, es él quien nos consume. El tiempo fluye incontenible, no nos necesita, no le hacemos falta, es eterno, inabarcable... por eso es tan importante tomar conciencia de su paso, por eso hay que aprovecharlo para algo más que transformarlo en memoria, en melancolía, en nostalgia picajosa. Ocupar el tiempo es una misión muy posible, pero una tarea poderosa que nos obliga a tomar conciencia de nosotros mismos, a enfrentarnos contra la pandemia de procrastinar, que arruina más vidas que cualquier coronavirus con nombre de dirección postal.

El confinamiento retrotrae a ese momento de la infancia en el que solo existía tu mundo interior, aquel que fue perdiendo vigencia con la acumulación de años y obligaciones ciudadanas. Pero ahora, sin buscarlo, se puede regresar a él, respirar hondo, arrinconar la ansiedad y mirar al futuro con la determinación de quien se necesita dueño de su propio destino. Parar no es detenerse. Y si no lo creen, ahí va un ejemplo.

En 1665, la Universidad de Cambridge mandó a casa a todos sus estudiantes por la amenaza letal de la peste bubónica. Uno de sus alumnos, de origen tan humilde que se costeó la carrera limpiando los orinales de otros compañeros, fue obligado, recién graduado, a regresar a Woolsthorpe Manor (en Lincolnshire), su pueblo natal, y a permanecer allí confinado casi dos años. Aquel joven se llamaba Isaac Newton, y su aislamiento forzoso se convirtió, sin duda, en la mayor aportación que ha hecho una pandemia a la historia del conocimiento científico. Allí, con o sin episodio de manzanazo en la cabeza, el físico inglés empezó a dar forma a la ley de gravitación universal.

El tiempo es una materia flexible, es lo único que realmente nos pertenece, lo cambiamos por salarios, por bienestar, por calidad de vida... por eso malgastarlo es una temeridad que, a la larga, pasa factura. Las posibilidades para invertirlo en actividades productivas en la era de internet son infinitas y, de entre todas, mejorar la formación es la que reporta más margen a un desempeño laboral mejor remunerado con la pizca de suerte que todo hallazgo necesita.

#YoMeFormoEnCasa

La multiplicidad de plataformas que imparten conocimiento en red son incontables. Desde universidades a portales especializados en nichos de mercado muy particulares. Lo único que hay que tener en cuenta a la hora de elegir es la confirmación de que la formación que recibimos está homologada por el Ministerio de Educación (lo más deseable) o, en su defecto, cuenta con un amplio respaldo del sector al que se orientan los cursos.

De todas las instituciones dedicadas a este negocio docente, la más popular, por su condición pública, sea la UNED. En su web se tiene acceso a un catálogo extensísimo de grados, máster, cursos... Pero no es la única. El buscador de Google arroja cientos de miles de resultados con una rastreo sencillo. De hecho, la fórmula «formación+gratuita+Alicante» da acceso a 8,5 millones de resultados. Si te olvidas la tilde en la primera palabra, el balance es sensiblemente menor: 166.000.

Pero las instituciones superiores de enseñanza, universidades públicas y privadas, no tienen reservado en exclusividad el derecho a impartir clases a distancia. Los ayuntamientos, las diputaciones, las Cámaras de Comercio de tu ciudad, la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), el Servef, el SEPE y hasta los sindicatos registran entre sus servicios ciudadanos, no solo para afiliados, la impartición de cursos formativos para potenciar los currículos y aumentar las capacidades de trabajadores y estudiantes dispuestos a aprender desde sus casas.

#YoEstudioIdiomasEnCasa

Entre todas las materias al alcance del usuario en su domicilio, en tiempos de confinamiento forzoso o de libertad total, las más demandadas continúan siendo las relacionadas con la iniciación, la consolidación y el perfeccionamiento de una lengua extranjera. Academias de idiomas online hay casi tantas como gente dispuestas a usarlas. Solo hay que dar con la que utilice una metodología de aprendizaje que se adapte al gusto y el ritmo de cada uno.

Al igual que sucede con los títulos universitarios, los grados o los másteres, es importante que la formación recibida sea homologable, aunque no es imprescindible si lo que se pretende no es examinarse para obtener un título, sino mejorar la capacidad de comunicarse más allá de nuestra frontera.

Hoy en día, las metodologías que aplican las academias en red son tan variadas y originales que es imposible no encontrar una que no se adapte a las necesidades de cada cual, aunque, eso sí, siendo muy consciente de los milagros no existen, que aprender sin esfuerzo es un reclamo que funciona bien como eslogan publicitario, pero no se corresponde con la realidad, al menos en el más sentido estricto literal.

El inglés encabeza la lista de idiomas más demandados por los y las estudiantes a la hora de seguir un método de aprendizaje no presencial. Según los datos que facilita el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), a la lengua de los «Royals» británicos le sigue, por este orden, chino, español, árabe, alemán, portugués, ruso, francés, japonés e hindi. Para todos ellos, existe en internet un portal que ofrece la posibilidad de aprenderlos desde la tranquilidad existencial que cada uno experimenta en su casa.

#YoAprendoEnCasa

Las largas jornadas de confinamiento hogareño dan para mucho si uno se sabe organizar y respeta unas rutinas de acción parejas a las que se realizan de manera ordinaria cuando salir a la calle no atenta contra la salud de los demás. Se puede aprovechar esta coyuntura sanitaria para profundizar en ese pasatiempo al que siempre le quisimos dedicar más horas y nunca acabábamos de encontrárselas, por unos motivos o por otros más o menos confesables. Ahora ya no hay excusa. Sobran horas disponibles y portales web dispuestos a convertirnos en «expertos» amateurs.

En este capítulo, sobresalen tres actividades lúdicas por encima del resto: cocina, fotografía y dibujo. Para ellas conviven en la red cientos de ofertas ajustadas a todos los bolsillos. De hecho, en buena parte de los portales públicos se imparten de manera gratuita o por una cuantía testimonial. De forma individualizada o en grupo, para socializar al tiempo que se profundiza en una de estas tres disciplinas creativas... un alivio en días de aislamiento por culpa del coronavirus.

#YoJuegoAlAjedrezEnCasa

Mantener al cerebro ocupado ayuda a aparcar la gravedad de lo que ocurre fuera de casa, a relativizar la magnitud de la pandemia y a mantener ánimo y esperanza en unas cotas aceptables. Una de las actividades más recomendables para ello es jugar al ajedrez, para lo que no hace falta disponer de un adversario en la misma estancia porque se puede jugar o aprender a distancia.

Una iniciativa activada de forma expresa para este tiempo de Covid-19 la ha ideado el Club de Ajedrez Alicante, que puso en marcha en solo 48 horas una página web desde la que imparte lecciones gratuitas para iniciarse en esta disciplina. Eloy Caballero, profesor de Comunicación en la Universidad de Alicante (UA), encabeza este proyecto que promete relajar el estrés propio de un confinamiento y potenciar la capacidad de discurrir, de cavilar... El diseño de estrategias, simples o complejas es néctar para el desarrollo cognitivo.

#YoTengoUnaMisiónEnLaVida

El catálogo de tutoriales gratis al alcance de cualquiera es infinito. Gigantes como Youtube permiten al usuario que lo precise aprender a culminar con éxito cualquier tarea imaginable. Desde bricolaje sencillo para restañar la erosión de los años en la vivienda, hasta crear tu propio huerto, plantar hierbas aromáticas, ordenar armarios, afilar cuchillos, acallar el molesto goteo de las cisternas o doblar la ropa como un profesional para que ocupe menos.

Todo cabe en ese mundo virtual, basta con introducir en el buscador lo que se precisa para tener al alcance del ojo una enciclopedia de «hágalo usted mismo» que, al mismo tiempo que te ayuda a surfear feliz las horas, te mantiene ocupado, útil y activo, un «win-win» de manual, eficaz ... y de libre acceso.

El carnet de conducir: un básico vital que se puede aprobar sin pisar una autoescuela

Formación básica trasversal. El carnet de conducir es un valor añadido en todos los currículums y la cuarentena sanitaria derriba el muro con el que se topaban -o tras el que se escondían- quienes, pese a tener la edad mínima para conseguirlo, no encontraron tiempo para hacerse con él.

Ahora que, desde el pasado diciembre, la ley de Tráfico no obliga a recibir un mínimo de 8 horas de clases teóricas presenciales, todo el mundo con acceso a una conexión wifi o datos suficientes en el celular puede estudiar, preparar y aprobar la primera parte del examen de conducir. Las autoescuelas, la totalidad de las que ofrecen sus servicios en red y la gran mayoría de las que disponen de una sede con aula física, permiten a los alumnos la posibilidad de recibir formación a distancia intensiva, de completar infinidad de test desde el ordenador de casa o el teléfono, y hacerlo a una tarifa reducida por cuestiones obvias, sobre todo las 100% virtuales.

Un dato: la nueva aplicación móvil de la Dirección General de Tráfico (miDGT) es la «app» más descargada en España desde el pasado 18 de marzo. Esta aplicación, que ya supera las 250.000 descargas, está disponible para iOS y Android.