España registró ayer un récord tanto en contagiados como en número de fallecidos por coronavirus. La cifra de infectados ascendió a 94.417 casos, con 9.222 nuevos positivos en 24 horas, la cifra más alta hasta la fecha pese a que siguen sin contemplarse los enfermos leves ante el retraso en la puesta en marcha de los test rápidos. Y el número de muertos escaló hasta los 8.189 decesos, 849 más en un día, el cómputo más abultado desde que la grave enfermedad llegó a España.

Pese a todo, el Ministerio de Sanidad niega que estos registros rompan la tendencia a la baja que se inició entre el día 24 y 26 de marzo, en función de la comunidad autónoma, gracias a las medidas de confinamiento decretadas con el estado de alarma. Según explicó el director del centro de emergencias sanitarias, Fernando Simón, que compareció por videoconferencia desde su casa debido al positivo en coronavirus que se conoció el domingo y por el que permanece aislado, el repunte se debe a que la notificación durante los fines de semana «suele estar por debajo de lo real» y, por tanto, «los descensos registrados el sábado y domingo no serían tan acusados».

En su opinión, «la curva indica claramente» que en torno al 25 de marzo se produjo «un cambio de tendencia» porque las medidas de restricción de movimientos están «teniendo el efecto deseado». Por eso, el doctor y coordinador del grupo de expertos que asesora al Gobierno descartó endurecer aún más el confinamiento, ya que «no tiene sentido» aprobar nuevas medidas restrictivas «sin valorar el impacto» de las actuales. «Esto no es una carrera hacia arriba», advirtió.La fluctuación de los datos

Por su parte, la doctora María José Sierra, jefa de área del centro de emergencias sanitarias, explicó que en la vigilancia epidemiológica «es normal tener fluctuaciones». En la rueda de prensa del comité de gestión de la crisis indicó que entra dentro de lo «esperado» que el grado de notificación no sea igual los fines de semana, por ello pronosticó que hacia el final de esta semana habrá una «idea mucho más clara» de la evolución de la epidemia.

Sierra ratificó que en este escenario lo más preocupante sigue siendo la saturación que sufren las unidades de intensivos de muchas autonomías. Por eso precisó que el intercambio de material, como respiradores, entre las menos congestionadas y el resto es «continuo», mientras que el traslado de pacientes en estado muy grave entre unas regiones y otras sólo se hará «de manera consensuada» con las comunidades y cuando estas «manifiesten las necesidades».

Andalucía, la Comunitat Valenciana y La Rioja se han ofrecido a acoger enfermos pero aún no ha llegado ninguna petición oficial, más allá de una demanda de un hospital de Albacete al servicio murciano de salud que no ha llegado a materializarse por decisiones clínicas.

La presión en las UCI

La «principal preocupación» del Gobierno sigue siendo la presión de las UCI, con muchas autonomías al borde del colapso. Ayer el número de pacientes en estas unidades creció un 7 % hasta los 5.607 pacientes, 376 más en 24 horas, una cifra más alta que la registrada los dos días anteriores. Además de la saturación en Madrid y Cataluña, también los hospitales de la España vaciada caminan hacia su límite. Segovia y Soria anunciaron ayer que en el centro segoviano solo tienen disponibles dos de las 26 UCI con las que cuentan mientras que en el de Soria quedan libres seis de las 25 totales.

Según un recuento de la agencia Efe, las comunidades autónomas podrían aumentar el número de camas de la red pública española en más de un 21,5 %, con alrededor de 23.000 unidades nuevas, contabilizando actuaciones ya hechas y proyectos en curso.

En el lado positivo, la cifra global de personas curadas asciende ya a casi 20.000 personas, en concreto 19.259 personas, algo más del 20 % del total de contagiados.