¿Cómo está soportando el Hospital de Elda la presión asistencial del Covid-19
El Hospital General Universitario de Elda es una institución de una dimensión media-grande, creo que somos el segundo hospital de Alicante en tamaño, y ha sabido responder con racionalidad frente al caos inicial de una situación que no era esperable. Hemos remodelado casi el 100% de nuestro modelo asistencial, adaptándonos en principio a algo que era desconocido y que, sobre todo, no sabíamos que impacto poblacional iba a tener. Los primeros momentos fueron de mucha tensión. Pero nunca hemos perdido el pragmatismo de nuestra actuación como sanitarios para atender bien lo que viene, sin dejarnos atrás lo que tiene que ser atendido inexorablemente.
¿En los momentos iniciales la situación llegó a desbordarse?
A nivel asistencial creo que no nos desbordamos, aunque habrá muchas opiniones, pero se realizó un esfuerzo grande en acoplar las plantas del hospital a los nuevos modelos de pacientes y dotarlas del material adecuado.
¿Tienen recursos suficientes para desarrollar su trabajo?
En nuestro Servicio de Anestesiología, tanto en el bloque quirúrgico como en la UCI, no hemos sufrido ninguna restricción. La verdad, es que aparte de todo el material proporcionado por nuestros suministros del hospital, hemos tenido una barbaridad de donaciones de material de protección, desde empresas agrícolas, petroquímicas, textiles, del calzado que se pusieron a trabajar desde el principio. Es extraordinario ver a nuestras aparadoras del calzado dedicar horas de su trabajo en sus empresas a hacernos mascarillas. Y a nuestras costureras del Hospital de Elda haciendo mascarillas o capelinas de protección a una velocidad prodigiosa. Y un montón de empresas del juguete e ingeniería haciendo máscaras de protección en impresoras 3D.
¿Cree que en Elda se ha abordado bien la pandemia?
Pienso que sí. Habremos tenido errores y habremos mejorado desde la evolución inicial pero creo que se ha actuado bien. Tanto la gerencia como la dirección médica han confiado bastante en nosotros, y no nos han confundido con órdenes y contraórdenes, cosa que es nefasta para una organización en una emergencia.
¿Ha notado miedo o rechazo en su entorno ante el temor de ser posible portador del virus?
Yo particularmente no. Apenas nos relacionamos. Del trabajo a casa y yo vivo en una casa aislada. Osea que el miedo habitual de los menos a los más expuestos en el hospital. Pero se ha ido pasando.
¿Qué es lo más duro?
Cuando llega un paciente muy grave a la Unidad, le explicas que lo vas a intubar, metiendo un tubo en su tráquea para ayudarle a respirar, que no puede solo y para ello lo vas a dormir, y va a estar unos días sedado, inconsciente, y entonces te pregunta si va a morir y si nunca más se va a despertar. Le animamos con cariño pero es duro. Que duda cabe que la compensación es cuando le quitas el tubo y comprueba que está vivo. No hay paga extraordinaria que pueda cambiarse por esa sensación de alegría y confort de nuestro interior, que ayuda a compensar otros tiempos o momentos difíciles en nuestro día a día.
¿Estábamos preparados para esta emergencia sanitaria?
Pues diría que no. Se está preparado para accidentes con múltiples víctimas e intoxicaciones alimentarias masivas dentro de la vida civil. He vivido otras catástrofes pero ninguna como ésta. Oiga, que parece que no esta pasando nada y que todo está bien y, sin embargo, hay 600 muertos al día.
¿Se habrían evitado muchas muertes de implantarse el modelo que pidieron al Gobierno?
Nosotros defendimos desde el principio el modelo de Corea del Sur como el más idóneo para el control de la crisis. Protección para todos, test masivos y confinación de positivos. Con un control excelente de una APP en los teléfonos, con control geográfico de positivos y citas para test en áreas específicas a las afueras de las ciudades. No sé qué hubiera ocurrido si se hubiese hecho en España porque los coreanos son particularmente disciplinados y educados.
¿Conclusiones?
Pues que esto es una locura. Creo que nada va a ser como antes y tendremos que adaptarnos a un nuevo modelo de vivir, apreciando lo que es importante y desechando las veleidades y algún modelo estúpido que se había implantado socialmente. También la sanidad debe cambiar su formato.
¿Por qué se han infectado tantos profesionales sanitarios?
Pues probablemente desde el principio no se ha llevado suficiente protección, fundamentalmente ante los portadores positivos asintomáticos. Cuando ya sabes que es positivo te proteges intensamente.
¿Esta nueva enfermedad ha venido para quedarse?
Es complicado... Desde el año 2000 hemos tenido varias epidemias nuevas y diferentes a lo convencional. Es difícil vaticinar que ocurrirá con ésta. Igual tenemos otra vuelta al final del otoño.
¿Es cierto que su UCI está obteniendo resultados excepcionales con contagiados críticos?
Pues no sé si excepcionales...estamos teniendo buenos resultados. De todos los intubados con medias de 10 a 15 días de ventilación mecánica hemos extubado a prácticamente todos. Nos queda un señor de 80 años, que hizo un fallo multiorgánico severo aparte de la patología generada por el virus, que lleva 20 días en ventilación mecánica y mejora poco a poco. Pero estamos contentos. Todo nuestro servicio está haciendo un esfuerzo muy grande. Enfermeros auxiliares, celadores y limpieza se están ganando el sueldo sobradamente. El trabajo es duro para todos. Pero esto no ha acabado todavía, queda mucha carrera. Tenemos tres Unidades de Cuidados Intensivos con 36 camas, 24 para Covid y 12 para críticos No Covid. Hay que decir que nuestra infraestructura tecnológica es extraordinaria en instalaciones y equipos, que tenemos un sistema de climatización-extracción con trabajo en presión negativa que nos limpia unos 16.000 metros cúbicos por hora el aire de las unidades. O sea 13 veces por hora sin que se note. Es un ambiente de trabajo muy seguro, y muy bien asistido por nuestros equipos de mantenimiento del hospital.
¿Cree que este virus ha surgido espontáneamente o ha sido creado en el laboratorio?
Aquí sí le puedo decir que la bola de cristal no me la he traído. Lo que sí le digo es que luchamos contra un virus que tiene muy mala leche y afecta al cuerpo, produciendo gravísimas lesiones estructurales y bioquímicas.
¿Ustedes reciben aplausos todos los días...¿a qué personas o colectivos le aplaudiría usted?
A todos los que hacen que esto funcione: transportistas, personal de supermercados, personal de emergencias, bomberos, Cuerpos de Seguridad del Estado y Ejército. Las empresas que se han volcado con los sanitarios por si tenemos problemas, talleres de coches de emergencia para nosotros y muchas empresas de alimentación que nos miman llevándonos desayunos, meriendas, comidas a los servicios hospitalarios. Y también un grandísimo aplauso a todo nuestro personal de mantenimiento, informática, administrativos, y una mención especial a nuestro servicio de limpieza que se ha dejado la piel. Y por supuesto a todos los niños pequeños y los jóvenes, que viven confinados sin entender bien lo que pasa, pero que se están portando admirablemente en sus casas, ayudando todo lo que pueden y tratando de cuidarnos.
Su profesión gira en torno a la vida y la muerte pero esta situación que han vivido ¿requerirá ayuda psicológica para los profesionales sanitarios?
Pues no lo se, como dicen los gallegos, "asejun", unos sí y otros no. Nuestra especialidad de Anestesiología está plagada de situaciones de estrés, y a veces ni nos damos cuenta de que estamos sometidos a ese influjo, lo cual no significa que no lo suframos internamente. Pero nosotros no somos muy dados a psicólogos, que no es ni bueno ni malo. Somos distintos.
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