No habrá pasacalles ni jurado ni gente abarrotando sus calles para admirar los arreglos florales, pero los vecinos del alicantino barrio de Santa Cruz no han querido que el obligado confinamiento les impida celebrar, aunque sea tímidamente y sin apenas salir de casa, uno de sus festejos más tradicionales, el de las Cruces de Mayo, montando algunas cruces de colores en las esquinas y embelleciendo así uno de los barrios, ya de por sí, más singulares y atractivos de la capital.
A falta de flores naturales los vecinos las han confeccionado en esta ocasión con servilletas de colores de papel y seda. En total, han elaborado en sus casas una decena de cruces que desde ayer por la mañana engalanan el barrio. Tal como ha señalado Mariano Ballester, vecino de Santa Cruz y uno de los impulsores de esta iniciativa, «en esto no ha participado la comisión de fiestas, es un tema nuestro, de los vecinos, que queremos mantener la tradición de las cruces que ponemos en el barrio siempre del 1 al 3 de mayo aunque sea en estos momentos desde casa.