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La Iglesia también se suma a la desescalada

El Obispado de Orihuela-Alicante traslada las normas para la reapertura de los templos a partir del 11 de mayo y supedita el avance de una fase a otra a la decisión del Ministerio de Sanidad

La Iglesia también se suma a la desescalada

La Iglesia se suma a la desescalada. El Obispado de Orihuela-Alicante hace públicas las normas para la celebración del culto con motivo de la reapertura de los templos en las fases previstas en el desconfinamiento. Explican que son «temporales» y «obligatorias» en todas las parroquias y cuyo cumplimiento depende de los sacerdotes, encargados de llevarlas a cabo

Así pues, el Obispado ha informado que ante la próxima reapertura de los templos para las celebraciones públicas a partir del día 11 de mayo, y siguiendo las orientaciones de las autoridades sanitarias y de la Conferencia Episcopal Española, se presentan estas disposiciones a tener en cuenta «aconsejando el máximo interés en su aplicación y la información de las mismas a los fieles».

Estas medidas de prevención están motivadas por la búsqueda del bien de los fieles cuya salud no podemos poner en peligro y son para todas las parroquias y centros de culto de la Diócesis. Serán los sacerdotes responsables de cada lugar los que tendrán que aplicarlas a su comunidad específica, buscando siempre la máxima protección de los fieles ante la pandemia. Detallan que cada fase durará 15 días y correrá a cargo del Ministerio de Sanidad el paso de una a otra.

En la Fase 0, la actual, se mantiene el culto sin pueblo. Atención religiosa personalizada, especialmente a los enfermos, a los que han perdido a seres queridos, y la oración por los difuntos. «Durante esta fase preparamos en las parroquias las fases siguientes», indica el Obispado.

En esta fase, se recomienda determinar con precisión el aforo de nuestros templos; se marcarán los sitios de los bancos en donde podrán sentarse los fieles; se podrán añadir sillas en aquellos espacios más amplios donde no hay bancos y el uso de carteles informativos sobre las medidas que se deben cumplir.

En la fase 1, a partir del 11 de mayo, se permitirá la asistencia grupal, «pero no masiva», a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. «Tendrá preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo», detallan. En la fase 2, 25 de mayo, se restablecerán los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios recomendados como son «mitad del aforo, higiene, distancia», etc.

Y por último, en la fase 3, se retornará a la vida pastoral ordinaria, «teniendo en cuenta las medidas necesarias hasta que podamos volver a una actividad plena en las parroquias, siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias». Asimismo, el Oispado ha marcado una serie de pautas a tener en cuenta su cumplimiento a partir de la fase 1.

«Antes de la celebración, se ofrecerá gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar, a la entrada y salida del templo; mientras que es muy recomendable que los fieles utilicen mascarilla en el interior del templo».

Por otro lado, durante la celebración de los actos, «se evitarán los coros en las parroquias, solo habrá un lector, la pilas de agua bendita seguirán vacías, no habrá procesión de ofrendas y las colectas se dejarán directamente en buzones» y prevalecerán las medidas higiénicas entre los sacerdotes y los asistentes a las iglesias como evitar los saludos fraternales que quedarán limitados a gestos, entre otras medidas. También se han limitado las visitas y reuniones a las iglesias durante las fases finales de la desescalada.

Otras celebraciones

Mientras dure la pandemia, siempre que sea posible, se suprimen los bautizos comunitarios y se reducen a un rito breve. En la celebración del matrimonio, los anillos y arras deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes, mientras que se limita la asistencia a testigos y firmantes y guardando la distancia de seguridad. «Si la persona se quiere confesar, deberá ser un lugar amplio pero que asegure la confidencialidad y con mascarilla», resalta el Obispado.

Los funerales y las exequias seguirán los mismos criterios de la misa dominical. Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener distancia de seguridad. La unción de enfermos qeuda reducida a un rito breve. En la administración de los óleos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente.

Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes. En general, en las celebraciones comunitarias de los sacramentos se suprimen las fotos de grupo a la finalización de las mismas para guardar la necesaria distancia de seguridad.

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