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«Hay trabajadoras sexuales que nos llaman desesperadas, no tienen ni para comer»

El servicio Orienta duplica las intervenciones de atención psicológica y social a personas LGTBI en dificultades al soportar el encierro del coronavirus en entornos hostiles o quedar sin ingresos ni ayudas, en especial mujeres trans prostitutas e inmigrantes

Una persona ejerce la prostitución en la avenida de Dénia antes del estado de alarma. héctor fuentes

Las medidas de distanciamiento social para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus han agravado la situación de extrema vulnerabilidad de un colectivo relegado a una vida al margen del sistema. Son mujeres transexuales sin papeles de residencia ni carrera de cotización, esas que muchas veces quedan fuera de la estadística y sobreviven como pueden en tiempos de excepcionalidad. «Hay trabajadoras sexuales que nos llaman desesperadas, no tienen ni para comer y desconocen dónde pueden pedir ayuda», relata Victor Manuel Sánchez, coordinador del servicio Orienta LGTBI en Alicante.

El confinamiento impuesto por la pandemia de Covid-19 ha disparado el número de peticiones de ayuda de personas gais, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales al servicio de la Generalitat que les presta asesoramiento y respaldo social, jurídico y psicológico. Solo en abril, los profesionales de Orienta LGTBI han realizado en torno a 200 intervenciones en la provincia para socorrer y asesorar a quienes sufren dificultades. Son el doble de lo habitual. El incremento más significativo ha llegado especialmente entre mujeres trans dedicadas a la prostitución. También, de alicantinos que se enfrentan a un confinamiento hostil porque su entorno no acepta su identidad, expresión de género u orientación sexual y necesitan apoyo para manejar la situación.

«En abril ha sido muy notable la presencia de trabajadoras del sexo trans porque, como cualquier trabajadora del sexo, no pueden ejercer su trabajo y sin ingresos no tienen para comer. Esa es su primera necesidad. Orienta LGTBI no gestiona ayudas como tal, pero sí tenemos información sobre recursos de Cruz Roja, Cáritas, bancos de alimentos o Banco Solidario y les facilitamos esa información. Muchas veces no conocen cómo funcionan esos recursos y no saben dónde acudir», indica Sánchez. Y llaman a su puerta, o en este caso a su teléfono (667 887 447 y 900 101 015) por miedo a ser discriminadas tras arrastrar, muchas veces, experiencias negativas de otros países. Victor Manuel pone el siguiente ejemplo: «llamar por teléfono con mi voz a una administración y decir que me llamo María puede ser muy complicado. Y lo mismo pasa con la propia imagen física, que a veces no se ajusta al modelo que todos tenemos en mente y temen la reacción de persona que les atienda».

Seguimiento

Desde mediados de marzo, los trabajadores de Orienta LGTBI, un servicio impulsado a través de la asociación Diversitat, teletrabajan desde casa para continuar el seguimiento de usuarios ya conocidos y atender a los nuevos que van llegando. María Ivorra Palomares, trabajadora del área social, cuenta que la situación de dificultad se ha visto agravada especialmente entre personas que «no estaban dadas de alta en el trabajo, o les han hecho un ERTE y no tienen medios para sobrevivir». También, prosigue, «personas que han llegado aquí pocos días antes del confinamiento y necesitan un proceso de acogimiento y muchas mujeres trans que se dedican al trabajo sexual, se han quedado sin ingresos económicos y no tienen qué comer o cómo pagar el alquiler».

Grupos de ayuda

El aspecto psicológico es otro de los pilares de Orienta LGTBI, que ofrece estos días apoyo a través del teléfono e intervención presencial en casos muy urgentes. Los grupos de ayuda mutua continúan ahora por medios telemáticos. Uno de ellos reúne a personas transexuales, principalmente jóvenes. «Antes nos veíamos una vez al mes para hablar sobre la vida, el proceso de transición o cómo lo llevan las familias. Ahora estamos haciendo videoconferencias para fomentar las redes de apoyo a nivel virtual» , explica Ángel Bernal, psicólogo de Orienta. Subraya en ese sentido que «nos hemos encontrado casos donde el rechazo familiar hacia una persona LGTBI existe y les afecta el hecho de no poder salir a la calle y reunirse con personas que pasan por su misma situación». Ansiedad, estrés o problemas de autoestima son otras de las patologías que el psicólogo de Orienta sigue tratando, muchas veces derivadas del confinamiento.

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