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Del papel higiénico a la repostería

El confinamiento durante la crisis del Covid-19 ha provocado cambios muy sustanciales en los hábitos de la cesta de la compra

Del papel higiénico a la repostería

El comienzo de la pandemia dejó imágenes insólitas de colas en las puertas de los supermercados y de personas que salían cargadas de rollos de papel higiénico. El largo periodo de dos meses de confinamiento que está suponiendo esta crisis sanitaria del Covid-19 ha provocado cambios sustanciales en la cesta de la compra.

El hecho de tener que quedarse en casa ha permitido que muchas familias hayan recuperado viejas costumbres de elaborar productos alimenticios en sus domicilios y más que nunca se han puesto manos a la masa.

Ello ha llevado a un aumento muy considerable en la compra de materias primas para elaborar panes y productos de repostería que tienen una doble función: preparar comida y, a su vez, servir como medio de entretenimiento y diversión entre padres, madres y niños La levadura ha sido uno de los productos estrellas que se han agotado de forma continúa y cuya producción ha subido de forma exagerada.

Según un informe de la Asociación de Supermercados de la Comunidad Valenciana (Asucova), la venta de repostería ha tenido un incremento de más del 75% durante los dos meses que llevamos de ese periodo pandémico. Además, durante las dos últimas semanas ha alcanzado picos de hasta el 140%.

Limpieza y desinfección

Los útiles de limpieza y desinfectantes como la lejía también tuvo al principio de la crisis sanitaria un aumento de más del 70% por el miedo a lo desconocido. Aunque en los últimos días ha bajado un poco, sigue estando por encima del 55%.

El bicarbonato, que sirve para el uso doméstico y la desinfección, también ha tenido fases de una subida considerable.

Otras de las estrellas de este periodo han salido las legumbres, la pasta, las carnes y los pescados y mariscos, tanto preparados como alimentos ante el temor de no poder salir a la calle ha significado que los carros de la compra y las despensas se hayan llenado muy por encima de lo habitual.

Las conservas han desaparecido de forma continua de las estanterías de los supermercados.

El hecho de que bares y restaurantes estén cerrados y la obligación de comer y cenar en los domicilios ha ayudado al incremento de ventas de esta serie de productos que, en muchos casos, anteriormente, se tenían como reserva ante una posible urgencia.

Según la Asociación de Supermercados, las cervezas y el vino tampoco han faltado en el carro de la compra doméstica y su venta ha supuesto también una subida sustancial.

Sin embargo, las frutas y las verduras, a pesar de ser alimentos cotidianos, no han experimentado un incremento tan significativo, lo que corrobora que todavía estamos muy lejos de los hábitos de comida saludable.

En el informe de Asucova de las últimas semanas, el queso rayado, la nata o la leche no líquida han escalado posiciones entre lo más demandado.

El mantenimiento de la mayoría de la provincia en la Fase 0 de la desescalada seguramente va a permitir seguir con estos hábitos de compras. Habrá que esperar a la entrada en la Fase 1 para comprobar si varía la abundante venta de estos productos.

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