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CORONAVIRUS

Vicente García: «Lo más duro es llamar a familiares de fallecidos por coronavirus para que adopten medidas»

Los hábitos de higiene y medidas de seguridad contra el coronavirus deben continuar

Vicente García: «Lo más duro es llamar a familiares de fallecidos por coronavirus para que adopten medidas»

La prevención se considera algo fundamental para reducir la expansión de virus como el coronavirus. Tanto que desde los servicios de Medicina Preventiva, como el que dirige Vicente García, en los hospitales del Vinalopó y Torrevieja, insisten en la necesidad de no bajar la guardia ahora que empieza la desescalada.

P ¿Cómo afronta su unidad la pandemia?

R Esta situación ha supuesto un reto profesional y también personal. Somos un servicio pequeño, formado por tres enfermeros y tres médicos, y damos cobertura a dos departamentos de salud de la Comunidad Valenciana, que suman más de 300.000 habitantes, con una población muy diferente. Torrevieja tiene una población más envejecida con un alto porcentaje de población extranjera, y el otro, el del Vinalopó, una población más concentrada en núcleos de población. Ha sido un reto personal ya que en el servicio hay compañeros que en estos dos meses no han visto a sus familiares. Han reducido el contacto con sus hijos al máximo, y se han vivido prácticamente todas las horas en el hospital. Desde el punto de vista profesional ha sido un reto ya que la vigilancia y el control constituye el pilar fundamental de nuestra especialidad.

P ¿Han diferenciado los protocolos en función de las características de cada departamento?

R Hemos unificado criterios, con los mismos procedimientos y siempre basándonos en la literatura científica más actualizada.

P ¿Han estado en contacto directo con los pacientes?

R Es verdad que somos un servicio que tiene una vertiente más preventiva. No hemos estado tan en contacto con los casos pero más con los contactos de los mismos. Hemos dado recomendaciones para reducir la trasmisión del virus en la comunidad, y también en los centros sanitarios y sociosanitarios. Nos hemos centrado en hacer estudios de contactos para evitar casos secundarios, y en formación a profesionales.

P ¿Qué es lo más duro?

R Lo más duro ha sido, cuando hacíamos los estudios de contactos en las fases más duras, llamar a personas que habían perdido a un familiar para adopten medidas de aislamiento. Nuestra cultura no está preparada para privarnos del momento duelo como ha pasado en esta ocasión.

P ¿Qué papel va a tener a partir de ahora la prevención?

R Estamos en un número de casos mucho menor, pero todas las medidas de prevención que hemos ido adquiriendo durante los últimos meses son fundamentales, y no deben desaparecer para seguir controlando la propagación.

P ¿Qué dice sobre los guantes?

R Hay que diferenciar el ámbito comunitario del ámbito sanitario. Si tiramos del guante de forma habitual puede acabar con una sensación de falsa seguridad, que nos hace lavarnos menos las manos, que es una de las medidas más eficaces para controlar la expansión de las infecciones. Nosotros optamos porque prevalezca la higiene de manos.

P ¿Están en contacto con profesionales sanitarios de otros países para compartir información?

R Sí. Esto es algo que estamos haciendo de forma constante. La pandemia nos ha afectado en mayor o menor grado a todos los países, y la experiencia de otros compañeros que lo han padecido con anterioridad nos está sirviendo de gran ayuda. El establecimiento de circuitos intrahospitalarios, la separación de lo limpio y sucio, o la organización asistencial se ha gestionado de una forma precoz gracias a la experiencia en otros países.

P ¿Cree que hay que hacer más test a la población?

R El cribado es importante para poder conocer en qué situación hemos estado. El que se informe que hay menos casos nos puede llevar a una situación de relajación, y no sabemos cómo lo ha pasado una parte de la población, de forma asintomática. Los test nos van a dar información importante de cara a afrontar futuras oleadas.

P ¿Viviremos en otoño una situación similar?

R Hay tanto por investigar que tenemos que pensar que la situación que hemos vivido ha partido de un caso en nuestro país. Es muy difícil que desaparezca por completo y siempre habrán condiciones que favorezcan la aparición de nuevos casos secundarios.

P ¿A qué achaca usted que en el sur de la provincia la incidencia ha sido menor?

R Hay algunos aspectos que han influido de forma decisiva a que aumentara la transmisibilidad. Uno debe ser la densidad de la población, y otra el envejecimiento de la población. Tampoco no se nos debe olvidar la vertiente norte y sur. El hecho de que en Andalucía y nuestra zona haya menos casos nos da información que apunta a que debe influir el aspecto climatológico. Otro aspecto importante es el del aislamiento de la población.

P ¿Cree que la sociedad está preparada para la desescalada?

R El comportamiento de la sociedad nos ha sorprendido de forma positiva en las primeras semanas del estado de alarma. Pero sí que nos preocupa la etapa de la desescalada porque nos llegan tantos mensajes que al final creemos que la población no tiene claro qué es lo que puede hacer y lo que no puede hacer. Todo lo que hemos aprendido en estos últimos dos meses no lo podemos olvidar.

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