Su nombre se queda corto para expresar todo lo que se ha vivido este mediodía en la urbanización Alkabir de El Campello. Felicidad García ha sido recibida entre aplausos por sus vecinos tras superar el covid-19, después de pasar más de dos meses y medio ingresada en el Hospital de Sant Joan, de los cuales 59 días permaneció en la UCI con el peor de los pronósticos. El plasma donado por un paciente de coronavirus curado ha sido clave en su recuperación. Por eso, ahora, su familia hace un llamamiento para que todo aquel que haya vencido al SARS-CoV 2 y cumpla los requisitos se haga donante.
La historia de Felicidad con el coronavirus se remonta al 27 de marzo, dos semanas después de decretarse el estado de alarma por esta pandemia. La mujer, que en unos días cumplirá 69 años, ingresó en el Hospital en estado grave tras contraer el virus. Su marido había enfermado unos días antes, aunque en su caso con síntomas similares a los de una gripe fuerte. No ocurrió así con ella.
Auxiliar de quirófano durante 40 años en el General de Alicante, Felicidad pasó nueve días en una habitación de planta en Sant Joan, hasta que un empeoramiento en las radiografías y las analíticas llevó al equipo médico que la trataba a decidir trasladarla a la UCI. Era el 4 de abril. Ese mismo día quedó sedada e intubada, sin que ningún tratamiento funcionara del todo contra el nuevo coronavirus.
"Probaron con dos retrovirales distintos pero ninguno fue efectivo. Seguía empeorando, hasta el punto de que un día nos dijeron que la cosa pintaba muy, muy mal", explica su hija Raquel Sanabria, que es enfermera en la puerta de Urgencias de este mismo hospital. "Cuando los médicos ya vieron que no podían hacer más, nos propusieron probar con el plasma como tratamiento experimental, un último recurso porque ya se había probado con todo. Y nosotros, claro, lo autorizamos porque era lo único que teníamos donde agarrarnos", relata la enfermera.
Felicidad García fue la primera paciente a la que se le aplicó este tratamiento en el Hospital de Sant Joan. Y ahora, en vista de los resultados, sus familiares tienen claro que el plasma fue para ella decisivo: "Mi madre se ha salvado gracias a eso". De hecho, según cuentan, a las 48 horas de administrarle el plasma dejó de tener la fiebre que había padecido de manera incesante en los 14 días anteriores. Al sexto día, debido a una complicación al contraer una bacteria resistente en UCI, volvió a subirle la temperatura, pero después empezó a mejorar. "Y ahí es cuando el plasma empezó a hacer de verdad efecto. Ella empezó a responder bien, día a día, y en semana y media era una persona distinta", afirma Raquel.
Su salida de la UCI fue un rayo de esperanza para muchos sanitarios que han trabajado en primera línea durante estos meses. Entre ellos, la propia Raquel: "Ha sido muy duro estar luchando para intentrar salvar la vida de personas con covid-19, cuando tienes a tu madre que se está muriendo de lo mismo unas plantas más arriba", relata esta enfermera.
Ayer, madre e hija, el marido de Felicidad y muchos otros familiares y amigos, vivieron el mejor cierre de esta historia. Vítores y aplausos la sorprendieron en la puerta de casa, en un reencuentro que se vivió con una emoción inmensa para todos sus protagonistas. "Ahora nos queda la última parte, trabajar la recuperación y la rehabilitación, porque han sido muchos días, pero hemos pasado lo peor", cuentan ilusionados.
Por último, los familiares de Felicidad invitan a todos los pacientes que se hayan curado y puedan donar plasma, a informarse de cómo pueden hacerlo: "Hay ciertos requisitos y no todo el mundo puede ser donante. Por ejemplo, mi padre lo intentó pero por edad no era compatible, pero hay mucha gente que lo ha pasado y que seguro que puede donar. Que sepan que su plasma puede ayudar a muchos enfermos".
