El colectivo LGTB de Alicante, Diversitat, se adhiere a la convocatoria de la manifestación del Orgullo LGTBI estatal el sábado 4 de julio, a las 19.00 horas, de manera virtual y bajo el lema “Sororidad y feminismo para TRANSformar. ¡Mujeres lesbianas, trans y bisexuales en acción! ¡Por las más vulnerables!”, según ha anunciado en un comunicado.
Diversitat considera que la crisis sanitaria, económica y social provocada por la covid-19 "ha agravado muchas de las discriminaciones que ya sufrían las personas LGTBI y ha dejado a las personas del colectivo más vulnerables en situaciones de extrema necesidad".
En este sentido, han asegurado que "todos los recursos que íbamos a invertir en la manifestación del #OrgullAlacant, serán donados a comedores sociales y centros de apoyo a personas sin recursos".
"Desde las entidades que pertenecemos a FELGTB proponemos que en este Orgullo 2020 los balcones, que han sido la conexión de gran parte de la población con el mundo exterior durante meses, cobren un significado especial y se conviertan en el símbolo del Orgullo como emblema de visibilidad, expresión y denuncia", añaden.
El colectivo celebra que el próximo pleno municipal, "pese a la presencia de la derecha más extrema y la extrema derecha, vestirá con la bandera arcoíris con tres iniciativas presentadas por el PSOE, Unidas Podemos y Compromís relativas con el Día Internacional del Orgullo LGTB".
Y critica a la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez (Cs), porque "no hemos recibido ningún tipo de contacto por parte de su concejalía ni tampoco ha mostrado interés en la organización y gestión del #OrgullAlacant".
En su opinión, Sánchez no se implica con el colectivo más que el día del Orgull D’Alacant, "momento que aprovechó para desfilar por la ciudad, pese a que no fue invitado su partido, al grito de “Al Orgullo Vamos”".
"Ha quedado demostrado, en reiteradas ocasiones, que el único interés que muestra la señora Sánchez hacia el colectivo es meramente mercantilista, intentando utilizar a la diversidad como reclamo turístico. Nuestro colectivo tiene necesidades específicas y requiere de alguien con conocimiento y sensibilidad. No nos valen medias tintas, ni tampoco nadie que aparente tener buena voluntad y luego nos intente licitar con 30.000 euros del presupuesto anual de una de las diez ciudades más habitadas del Estado", explican.
