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Los especialistas ponen límites a Sanidad para el uso de la telemedicina

Los médicos sostienen que la atención telemática no se puede aplicar en casos en los que haya que explorar al paciente. Entre las ventajas, creen que elimina burocracia y evita desplazamientos al enfermo

Consulta a través de videollamadas que ha puesto en marcha el servicio de Rehabilitación. pilar cortés

El coronavirus ha metido la telemedicina de lleno en las consultas de los médicos y enfermeros. Años teorizando sobre cómo debería ser la denominada «Sanidad 2.0» para que en pocos meses la pandemia haya obligado a los médicos a resolver consultas por teléfono, a tirar de webcam o a comunicarse por wasap con sus pacientes.

Una realidad que ha llegado para quedarse, según los distintos profesionales consultados, pero que debe tener unos límites muy claros para no generar una sanidad de peor calidad. La telemedicina, creen estos profesionales no sirve de la misma manera para todas las especialidades ni debe ser usada en todos los pacientes por igual. Temen también que esta nueva forma de trabajar sirva para intentar reducir las listas de espera a costa de perder calidad. Límites, pero también medios y formación, algo que de momento no hay.

«El límite está exactamente en la consulta presencial. Si no puedes dar una atención integral al paciente a través de la telemedicina, por ejemplo a la hora de explorarlo, entonces no la puedes aplicar», señala María Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria. Medina, que se declara «apasionada absoluta» de esta nueva forma de trabajar, señala que en el caso de los médicos de famila, está siendo de gran utilidad. «Nos quita una enorme carga burocrática, por ejemplo con las bajas o la renovación de tratamientos, y el paciente lo agradece».

Durante la pandemia, hasta un 85% de las consultas de los especialistas en el Hospital General de Alicante se han estado atendiendo a través de medios telemáticos. El servicio de Endocrinología de este centro sanitario es uno de los que más uso han hecho de esta nueva forma de trabajo. «La telemedicina nos ha permitido no parar de atender a pacientes durante esta pandemia», explica Antonio Picó, responsable del servicio. En su caso es más sencillo «porque nos apoyamos mucho en los resultados de los análisis y con ellos podemos adecuar el tratamiento». Para este profesional ahí radica uno de los límites de la telemedicina. «Aquellas especialidades donde se necesita explorar al enfermo son más reacias a esta nueva forma de trabajar». A su juicio, perder el cara a cara es precisamente uno de los graves peligros de esta modalidad de pasar consulta, «porque trabajar con personas es mucho más que trasladar información». En frente, las ventajas. «No estás sujeto a un horario estricto a la hora de ver enfermos y evitas al paciente desplazamientos, con lo que puede conciliar mejor su vida laboral». ¿Cómo hacer que convivan las ventajas con las desventajas? En su opinión los próximos años serán como un péndulo, «iremos hacia un lado y luego al otro para quedarnos finalmente en medio». Lo que tiene muy claro Antonio Picó «es que no se le pueden poner puertas al campo».

Si hay una especialidad donde explorar al paciente es esencial, esa es Traumatología. De ahí que Antonio García, jefe de Traumatología del Hospital General de Alicante, piense que en su disciplina esta nueva forma de trabajar tendrá menos presencia, «quizás para el seguimiento de determinados pacientes». Sin embargo reconoce que durante la pandemia les ha sido de cierta utilidad, «ya que nos ha ayudado a tranquilizar a los pacientes que no podían ser venir a la consulta».

Pero además del tipo de patología, se debe tener en cuenta el perfil del paciente con el que se van a usar estos medios. Así lo cree Paloma Vela, responsable del servicio de Reumatología del Hospital General de Alicante. «Hay gente muy espabilada con el manejo de las tecnologías y otras personas que no controlan y eso hay que tenerlo en cuenta». Para esta profesional la telemedicina es un complemento «que nunca puede sustituir a la consulta presencial».

¿Y qué pasa en aquellas especialidades como la Psiquiatría o la Psicología que emplean la terapia para tratar a sus pacientes? Bartolomé Pérez Gálvez, psiquiatra y responsable de la Unidad de Alcohología del Hospital de Sant Joan, tiene claro que en su caso la telemedicina es también limitada. «Puede ser útil para pacientes que llevan años en seguimiento, para el resto no, porque se pierde la empatía, la comunicación no verbal. Incluso para cambiar la medicación a un enfermo, yo prefiero verle la cara», señala. Otro de los peligros, a juicio de Pérez Gálvez, es que se prioricen lo que a su juicio son «mal llamados criterios de eficiencia pensando que por teléfono puedes atender a 50 pacientes». Los profesionales también exigen medios para poder aplicar estas tecnologías y recuerdan que las webcam prometidas por Chimo Puig no han llegado y que las centralitas de los centros de salud se siguen colapsando. También echan de menos una regulación. «No vale que utilicemos el wasap o el zoom. Tiene que haber unos protocolos de los que en estos momentos carecemos», señala Pérez Gálvez.

Videollamadas para valorar a los niños

Videollamadas para valorar a los niñosRehabilitación del hospital de Sant Joan pone en marcha una consulta virtual para evitar que las familias se desplacen por el covid

Valorar a los niños con patologías neurológicas sin necesidad de que tengan que desplazarse las familias al hospital. Este es el objetivo de la consulta virtual que ha puesto en marcha el servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de Sant Joan, que dirige Mª de Riánsares González. El servicio de videollamadas, puesto en marcha de manera pionera en la Comunidad en colaboración con el área de Informática, se realiza mediante una plataforma propia de la Conselleria de Sanidad y la doctora María Dolores García es quien está al frente. «La consulta va dirigida a niños que tienen un retraso psicomotor o alteraciones ortopédicas. También para los bebés que han nacido de manera prematura», señala García. Pacientes que deben comenzar cuanto antes la terapia y en los que por tanto no puede haber un retraso en su valoración. La consulta se puso en marcha en plena cuarentena, cuando el servicio de Rehabilitación, como otros tantos, tuvo que buscar nuevas fórmulas para atender a sus pacientes con la máxima seguridad. «A los padres les damos pautas para trabajar en casa y la gran ventaja a la hora de valorar al niño es que éste está tranquilo en su casa. En el hospital se ponen más nerviosos», explica García.

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