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Los municipios pequeños del interior recuperan la movilidad previa a la pandemia

Uno de cada cuatro vecinos de las áreas más montañosas de El Comtat, l'Alcoià, la Marina Baixa y la Marina Alta se desplaza a diario a núcleos más grandes para trabajar o comprar

Los municipios pequeños del interior recuperan la movilidad previa a la pandemia

Los municipios pequeños del interior de la provincia han recuperado en las últimas semanas la movilidad previa al inicio de la pandemia de covid-19, según reflejan los estudios que está realizando sobre esta materia en toda España el Instituto Nacional de Estadística (INE). En estos momentos, aproximadamente uno de cada cuatro vecinos de las localidades de las áreas más montañosas de El Comtat, l'Alcoià, la Marina Baixa, la Marina Alta y l'Alacantí se están desplazando ya cada día de manera habitual a núcleos más grandes de su entorno. Se trata de una proporción muy similar a la que se registró el pasado mes de noviembre, cuando se tomaron por primera vez y de manera experimental estos datos, para analizar los movimientos diarios de la población española.

En concreto, tomando como referencia los desplazamientos realizados el pasado 17 de junio, desde Benilloba y los municipios de su entorno -tanto de la propia comarca de El Comtat como de la Marina Baixa- ha salido cada día para realizar actividades como trabajar y comprar un 25,11% de la población, con Alcoy y Cocentaina como principales destinos. Asimismo, desde la parte más septentrional de El Comtat y la más occidental de la Marina Alta han salido un 24,76% de los vecinos, principalmente a Muro, Alcoy y Cocentaina, aunque también existe un flujo hacia Xàbia, cabe intuir que desde municipios de la Marina Alta como la Vall de Gallinera y la Vall d'Alcalà.

Más elevada aún, del 27,21%, es la movilidad en el área limítrofe entre la Marina Baixa y l'Alacantí -Relleu, Sella, Orxeta, Aigües y Busot-, sobre todo hacia la Vila Joiosa y Mutxamel. En cambio, hay algo menos de desplazamientos en la parte central de la Marina Alta y la más septentrional de la Marina Baixa -con Orba como localidad de referencia-, del 18,11%. Estos movimientos son sobre todo hacia municipios próximos como Xaló y Beniarbeig, o bien a Dénia.

En noviembre del año pasado, los porcentajes de población de estas zonas que se desplazaban a diario eran, respectivamente, del 24,77%, el 27,85%, el 34,73% y el 21%. Sin embargo, en las semanas de confinamiento más estricto estos movimientos pendulares se redujeron de forma drástica, como es lógico. El 3 de abril salió de su municipio un 13,64% de la población en el entorno de Benilloba, y un 13,93% en la zona de Beniarrés, mientras que en los alrededores de Relleu y Busot los flujos fueron tan bajos que no hay una medición, al igual que en el entorno de Orba. Además, allá donde sí hubo movimientos diarios de personas los flujos fueron más reducidos, con Alcoy, Muro y en una menor proporción Xàbia como únicos destinos destacados. Una movilidad muy condicionada a las únicas salidas que podían hacerse como ir a comprar alimentos y medicamentos o, no en todos los casos, al trabajo.

La recuperación de índices de movilidad similares a los anteriores a la pandemia deja ver que también se ha retomado la actividad habitual en estas zonas, al menos en buena medida, y también que en estos lugares es muy común el desplazarse a trabajar a núcleos urbanos próximos ante la escasez de alternativas laborales en el propio municipio. Por ello, el volumen de desplazamientos es porcentualmente mayor que en localidades más grandes, sobre todo las más industrializadas. Además, hay que tener en cuenta que, al mismo tiempo, la escasa población en cifras absolutas favorece que la proporción de habitantes que se desplazan sea mayor en términos relativos.

La incidencia del teletrabajo

El geógrafo y profesor de la Universitat de València José Vicente Sánchez, que trabaja aspectos relacionados con la movilidad en la Comunidad Valenciana, corrobora que es habitual que haya proporcionalmente más desplazamientos en áreas rurales que en zonas urbanas -salvo en el caso de las grandes áreas metropolitanas, donde sí se dan más-s, por esa necesidad de salir del municipio para trabajar o para acceder a servicios que no existen en la propia localidad. Y además, destaca, «el tipo de trabajo es determinante», ya que la posibilidad de hacerlo a distancia reduce, como es lógico, los movimientos. En este sentido, se refleja de manera indirecta cómo el teletrabajo tiene menos presencia en el medio rural.

Sánchez incide en que el estudio del INE muestra que, aunque la pandemia de covid-19 haya «condicionado los desplazamientos diarios», hay diferentes patrones de movilidad entre las áreas con poca población y servicios y los entornos urbanos. Así, en las primeras ha seguido habiendo algún movimiento durante el confinamiento, lo que revela que «están más desvertebradas, pero hay centros medios que son su referencia». Además, destaca, los datos permiten observar las relaciones de interdependencia de unas zonas y otras, y que cotejándolos con la red de carreteras se pueden interpretar también los flujos de tráfico, «redondeando trabajos que hasta ahora se hacían mediante encuestación o análisis puro de los datos de circulación.

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