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Destrozos sin reparar en las calas de la Albufereta después de siete meses

Malestar por el nulo mantenimiento de espigones, muros y paseos, y quejas por la pérdida de arena en las zonas de baño

Uno de los caminos de acceso a las calas todavía destrozado, en una imagen tomada ayer. alex domínguez

Siete meses después del destructivo temporal Gloria, que erosionó playas y se llevó por delante paseos marítimos en toda la provincia, las calas de la Albufereta reciben a los bañistas como la borrasca las dejó en enero: con destrozos en espigones, muros y paseos, y una acusada falta de arena. Los vecinos han visto pasar los meses sin que se ejecutaran las actuaciones de mantenimiento que reclamaron a Costas y al Ayuntamiento de Alicante, y ahora son los turistas que vienen a su segunda residencia los que se ven sorprendidos porque «la zona de calas está muy abandonada y no vienen a arreglar ni los espigones», reclamaba ayer una pareja de Madrid. «Unos amigos nos mandaron fotos de cómo se quedó todo tras la borrasca y cuando vinimos el sábado lo vimos igual. No arreglan los espigones y a las calas les falta arena, parecen un pedregal».

La falta de conservación de los espigones está detrás, según los vecinos, de los graves daños que el temporal causó en este punto del litoral de Alicante, donde el fuerte oleaje destrozó calas y paseos, rompió muros, saltó las barreras de sacos colocadas ante los portales como protección y dejó impracticables los accesos a la finca Adoc. El mar arrancó piedras que pretendían cerrarle el paso y bancos de los paseos, rompió balaustradas y dejó mucha suciedad.

La erosión del oleaje ha acabado prácticamente con los diques que se construyeron para ganar terreno al agua en los años 60. Los vecinos achacan los daños a las administraciones por su «dejadez» a la hora de reforzarlos. Solo uno se ha restaurado en años, el más próximo a la Albufereta. Otros cuatro que tienen que proteger la finca Adoc del oleaje son cada vez más cortos, como explican Andrés Pastor y Ana Bernaldo, vecinos de uno de los edificios frente al mar, que alertan de la escasez de arena en las calas y de su regresión.

Elena García, que pasa sus vacaciones en la Albufereta, se queja del nulo mantenimiento. «El camino está estropeado, como las escaleras de acceso a las calas. Desde Rocafel a la Cala del Francés está todo roto. Hay un agujero enorme donde cayó un banco de piedra, que sigue allí, y más adelante hay otro boquete. Le tienen tan poco cariño a la zona que cuando hicieron el último arreglo pusieron cemento en lugar de arena para que nadie se cayera. Las familias con niños van a las calas y me da pánico porque puede haber un derrumbe pero nadie hace caso. Aparte de que es una pena que algo tan bonito desde el punto de vista medioambiental esté tan estropeado. Todo el escombro arrastrado está en el mar».

Tras el último temporal, los concejales de Urbanismo, Adrián Santos, e Infraestructuras, José Ramón González, constataron «in situ» los destrozos en el paseo y los espigones que protegen las urbanizaciones de la finca Adoc, y admitieron la necesidad de una actuación urgente, que el Ayuntamiento reclamó a Costas, al ser el enclave de su competencia. Los ediles señalaron entonces que la inversión para reforzar los espigones y los accesos escapaba a la capacidad presupuestaria del Ayuntamiento, que ya había pagado arreglos anteriores pese a no corresponderle. Fuentes del bipartito dijeron ayer que se han mantenido reuniones con Costas y que se está a la espera de los permisos para ejecutar algunas actuaciones. Este diario preguntó sin éxito por los proyectos de la administración estatal para regenerar las calas.

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