La Conselleria de Educación se plantea "a día de hoy" que el próximo curso académico se desarrolle con "la máxima presencialidad posible" pero siempre priorizando la seguridad del alumnado, por lo que destinará 207 millones de euros para dotar a los centros educativos de todos los recursos y profesorado necesarios.

Según ha destacado en una rueda de prensa sobre el comienzo del curso 20/21 el conseller Vicent Marzà, el grueso de este fondo educativo extraordinario será para la contratación de 4.374 profesores en la escuela pública y concertada como "respuesta a la nueva organización que precisan" los centros en "un retorno adaptado al contexto sanitario", marcado por la pandemia de coronavirus.

Esta partida incluye, además, 33 millones de euros para la compra de dispositivos móviles y digitalización de la educación, con el fin de que, entre otros, todos los alumnos dispongan de tabletas u ordenadores portátiles con conexión a internet y se puedan desarrollar las clases de manera telemática cuando sea necesario.

Marzà prevé que "el cien por cien" de la educación será presencial en Infantil y Primaria, en grupos de atención específica y en primero de la ESO (por la transición entre niveles educativos), mientras que en Secundaria, segundo de Bachillerato y resto de la ESO la presencialidad será "la máxima que se pueda", y se completará con el trabajo en casa.

La educación presencial, además de reducir el número de alumnos por aula, incluirá un horario escalonado de entrada y salida para minimizar los contactos.

Para los niveles en los que no se pueda asistir en persona a clase, los centros se organizarán de manera que los alumnos acudan en días alternos, pero no se tratará de una educación meramente telemática, sino de "una atención más específica y de mayor calidad, por la reducción de estudiantes por aula" que se completará con el trabajo del alumno en su casa.

Según ha concretado, para el alumnado de 0 a 3 años, se llevará a cabo, como es habitual, un periodo de adaptación las primeras semanas de curso con incorporación progresiva y organización en grupos reducidos de 4 o 5 alumnos, pero este año, por seguridad, se evitará que los progenitores entren en las aulas.

Para Educación Infantil y primero y segundo de Primaria, se ha definido el modelo de "grupos de convivencia estables de hasta 20 alumnos", al igual que en tercero y cuarto de Primaria. Pero, si el centro educativo dispone de espacio, en estos dos últimos se puede configurar de otro modo, "siempre que se garantice entre el alumnado una distancia de metro y medio entre compañeros".

Estos grupos de convivencia estables están concebidos para los alumnos más pequeños porque permiten que se socialicen mejor y porque, por las características de estos menores, resulta inviable asegurar que mantengan el metro y medio de distancia en las dinámicas de aula y aprendizaje.

"También es la opción definida por las autoridades sanitarias en esta edad como la mejor para garantizar la trazabilidad y la gestión de posibles contagios", ha agregado Marzà.

En quinto y sexto de Primaria, con carácter general, los grupos de alumnos se harán siguiendo el "modelo de metro y medio de distancia", puesto que ya presentan una madurez y pueden mantenerla.

Todo el alumnado de primero de la ESO asistirá todos los días a clase en aulas con una separación entre compañeros de metro y medio, mientras que el resto de niveles educativos, si no hay suficiente espacio para la separación, se acudirá al centro en días alternos.

El conseller ha insistido en que este es "el escenario encima de la mesa con el que se trabaja hoy", pero que habrá que repensarlo si la evolución de la pandemia es otra, y ha aseverado que la primera premisa de Educación para este curso es "la seguridad en los centros educativos" y, luego ya, la máxima presencia en las aulas.

"Somos una de las autonomías que más personal educativo y recursos ha movilizado para asegurar un inicio de curso centrado en garantizar las medidas de seguridad y de higiene necesarias en el escenario más previsible en estos momentos de volver a las clases presenciales a partir del 7 de septiembre, siempre teniendo en cuenta la evolución y el actual contexto de emergencia sanitaria", ha dicho.

Estos fondos extraordinarios específicos anunciados por Marzà permitirán "estar preparados y adaptarnos a hipotéticos cambios de escenarios sanitarios que puedan surgir durante los próximos meses".

La inversión, que supone también la adquisición de material de seguridad e higiene, se traducirá en que, "como mínimo, cada centro educativo tendrá un docente más", aunque "en cada caso se han atendido las necesidades de creación de grupos de alumnos para asegurar las pautas de distancia y de grupos de convivencia según etapas educativas", en un trabajo que ha consistido en "responder centro a centro con una dotación individualizada de necesidades".