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«Un nuevo confinamiento empeoraría la salud mental general de la población»

El neuropsicólogo José Alfonso analiza cómo ha afectado la pandemia a las personas «enganchadas» a sustancias o comportamientos adictivos

José Pedro Alfonso, doctor en Neuropsicología de las Adicciones. INFORMACIÓN

Las adicciones representan un reto ineludible en el día a día de una persona con dependencia al consumo de cualquier tipo de sustancia, tanto legal como ilegal, o a actividades como el juego. El confinamiento se presentó como un drama para estas personas y un desafío para los profesionales que se dedican a tratarlas.

En este sentido, el doctor en neuropsicología de las adicciones, José Pedro Alfonso, califica este proceso como «interesante por la tendencia general que han tenido estas personas al reducir su consumo». Remitiéndose al estudio realizado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones que indica que solo el 11,9% de los consumidores aumentó la frecuencia o la cantidad del consumo durante el confinamiento. Sin embargo, destaca que en el caso del cannabis «sí existió un porcentaje de personas que no variaron su consumo e, incluso, lo aumentaron». Con el resto, señala el psicólogo «el descenso es un hecho previsible debido a las dificultades añadidas durante el estado de alarma para conseguir la droga, el menor espacio de tiempo para consumirla y la preocupación por los efectos en la salud, ya que muchos de ellos viven en su unidad familiar».

En cuanto a las adicciones comportamentales, las que comprenden los videojuegos, uso de dinero online e Internet, «como era de esperar, debido al tiempo que estuvimos en casa, aumentaron su frecuencia los videojuegos y el uso de Internet".

Pero sí recalca la disminución del juego online en internet en el que se utiliza dinero, debido, quizá, «a la incertidumbre económica del momento». A nivel familiar, este doctor en neuropsicología, define a la cuarentena «como el factor más predictivo de los síntomas por estrés agudo, un hecho que, traducido al día a día, significa detectar en estas personas más propensión al insomnio, agotamiento, irritabilidad, indecisión, desapego, poca concentración, deterioro del desempeño laboral y rechazo al trabajo o consideración de renunciar a él».

«Tenemos casos donde los padres nos reportaron síntomas suficientes para garantizar el diagnóstico de un problema de salud mental relacionado con el trauma del confinamiento y del no consumo». José Pedro Alfonso, psicólogo de los Servicios Sociales y de Atención Primaria, comenta que «en el hipotético caso de que se decretara otro periodo de confinamiento» como el vivido en España desde la mitad de marzo, hasta finales de junio, «previsiblemente empeoraría el estado de salud mental general de la población».

No obstante, y como algo positivo, para las personas con adicciones, «este periodo de reclusión fue parte de la solución puesto que muchas de ellas, un porcentaje bastante elevado redujeron la frecuencia y la intensidad del consumo», expone.

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